Panel Comunicación y Desinformación organizado por OEI
El último panel organizado por OEI tuvo como título La Comunicación de la ciencia con la sociedad: asesoramiento científico para las políticas públicas y lucha contra la desinformación. Los disertantes fueron: Carina Cortassa (REDES - OEI) quien moderó, Julio Gómez Chambilla (Ministerio de Educación de Bolivia), Ludwwin Espitia (Trigeon), Carlos Elías (Universidad Carlos III Madrid), Rafael Radi (Academia de Ciencias del Uruguay) y Antonio Copete (Director de Capacidades y Divulgación del Min. de Ciencia y Tecnología de Colombia).
Carina Cortassa expresó que es necesario profundizar los vínculos de comunicación entre ciencia, sociedad y políticas públicas. Sobre este disparador le pregunto a Antonio Copete: ¿Cómo deberíamos fortalecer el papel de los comunicadores científicos para asegurarnos de limitar la propagación de la desinformación que ha afectado la gestión de la crisis sanitaria?
El orador comentó que Colombia tiene un ministerio de ciencia, tecnología e innovación desde diciembre 2019. “Nuestro segundo año de vida ha venido con muchos retos. Ha sido como construir un avión al mismo tiempo que se vuela el avión. Además, agregó que se propusieron crear una nueva institucionalidad para el sector de ciencia, tecnología e innovación que en Colombia es pequeño. Desde el Gobierno de Colombia apostaron por la divulgación científica y la comunicación. Crearon dos viceministerios: Conocimiento, innovación y productividad y Talento y apropiación social del conocimiento.
El concepto de apropiación social del conocimiento es fundamental. Consiste en pensar que la divulgación de la ciencia no es de forma unidireccional desde un grupo de científicos, sino que también tiene que ser una actividad tiene que ser bidireccional donde el público general no es un agente pasivo de ese proceso. Tienen que ser agentes activos que formen parte de un proceso de concreción porque también tienen saberes que aportar, aseguró Copete.
Dentro de su ponencia Copete resaltó que en la región tenemos conocimientos ancestrales y una enorme diversidad que hay que aprovechar. Además de darle un valor importante formar una comunicación activa donde los ciudadanos se apropien de ella, la transmitan y combatan la desinformación. Se han creado varias estrategias para ellos: series audiovisuales, documentales premiados, alianzas con canales regionales de Colombia y podcast. Uno de los productos nuevos es un podcast llamado “la curva” en alianza con la Universidad del Rosario y otras instituciones. En él se convocó a científicos para hablar del tema covid-19.
La misionalidad no es centralizar los esfuerzos de comunicación pública en la ciencia sino crear una plataforma de estrategias para todos los divulgadores del país y así aportar el grano de arena contra la desinformación, finalizó
¿Cómo pueden las comunidades científicas y los gobiernos colaborar de manera eficaz para mejorar el acceso público al conocimiento? Fue la pregunta que Julio Gómez Chambilla abordó de una manera clara diciendo Existen varios mecanismos que colaboran a la comunicación científica de los gobiernos. Uno de ellos son las sedes interinstitucionales que promueven la comunicación pública de la ciencia a través de la difusión, divulgación y popularización del conocimiento científico donde. Ello contribuye a su apropiación social de modo que se favorece su accesibilidad.
Enumeró acciones concretas que se lleva a cabo para poner en valor el dialogo entre actores “contamos también con una red de ciencia, comunicación y cultura que ha facilitado un dialogo entre los actores del sistema nacional de ciencia y tecnología en pro de buscar canales de difusión científica en diversos ámbitos de la sociedad”.
También estamos haciendo actividades a nivel nacional e internacional como un seminario de periodismo científico. Además, cursos internacionales de cultura y ciencia que han permitido capacitar a profesionales de la comunicación y a investigadores. En este sentido, los investigadores necesitan fortalecer sus capacidades y sus habilidades para difundir su producción científica y tecnológica a la sociedad, detalló.
Por otro lado, y para finalizar su respuesta sobre la inquietud planteada hizo hincapié en que se han generado vínculos con la Red Iberoamericana de Comunicación y Divulgación Científica. Una de las actividades fue el Encuentro Internacional de Comunicación Científica y Divulgación organizado por la Universidad de Naciones Unidas (UNU). “Esto permitió no sólo de los miembros de la red de investigadores universitarios sino también de comunicadores institucionales y periodistas de medios de comunicación impresos y audiovisuales. Este encuentro CILAC 2021 nos permite colaborar de manera más estrecha entre el gobierno y la comunidad científica sobre el contenido de la información y sus aplicaciones”, cerró
Rafael Radi abordo una de las inquietudes más importantes a nivel comunicación en tiempos de Pandemia. ¿Cómo pueden los científicos ayudar al público, sobre todo en pandemia, a evaluar los mensajes que se les presentan? ¿Cómo reforzar la confianza del público?
Haciendo foco en el dialogo con la mirada puesta en actividades como la docencia hacia la comunidad y esos saberes deben ser una actividad de extensión universitaria. Hay que construir un relato científico que permita hacer entender mejor lo que está pasando y nos de herramientas para mitigar el avance de la pandemia. Cabe resaltar que el derecho a la información científica es un derecho humano universal que es está dentro del derecho a la ciencia.
Radi es consiente que actualmente hay tensión entre la velocidad de los hechos y la calidad de lo que se transmite. Sobre ello reflexiona “Es un problema irreconciliable. Los científicos vamos a velocidad crucero. Actualmente la transferencia de conocimiento excede al quehacer habitual de la ciencia. Debido a la sobreutilización de redes hay conceptos no curados que no han pasado por el procesamiento habitual del rigor científico: el referato por pares y el acumulado histórico que permiten generar una conclusión robusta. Además, aparecieron repositorios de ciencia. Los mismos son lugares en la web donde hay trabajos no referados debatidos por los investigadores antes de obtener aprobación. Es importante entender que el proceso científico necesita una curaduría mínima para transmitirlo a la sociedad”.
El proceso de producción científica en tiempo real tiene incertidumbres, pero hay que hacerlo llegar a la sociedad sin generar pánico. Es una gran responsabilidad buscar formas consistentes de transmitir a la sociedad información curada.
Carlos Elías considera que El covid-19 ha sido una gran oportunidad para ver cómo funciona el periodismo y la ciencia. Ambas tienen el mismo objetivo: buscar la verdad y hacerla pública. Es importante consolidar esas dos estructuras. Es relevante tener en cuenta que a ciencia sirve y es necesario el periodismo riguroso hecho por personas con credibilidad que provea el acceso a información clara.
Actualmente, el mejor método que conocemos de acceso a la verdad es el método científico y es necesario difundirlo. El mismo incluye: duda, pregunta, tomar datos, observar, replicar y publicar. Es un proceso complejo que lleva tiempo.
Elías abordo la problemática que genera la falta de información o la información errónea. Las fake news se evitan con educación en ciencia, en relatos periodísticos y en medios comunicación. Además, debemos ser conscientes de la información sin fuentes confiables que difundimos en las redes sociales, sentenció.
El ultimo eje abordado de la jornada, que fue iniciado por Elias. Fue el fenómeno Fake news. Para profundizar sobre el tema se le preguntó a Ludwwin Espitia: ¿Qué herramientas tenemos para combatir el fenómeno de las fake news en América Latina?
Es importante partir del origen digital de la información. Tenemos un proyecto en conjunto con UNESCO, Unión Europea y la organización Chequeado, que a través de LATAM Chequea ha nucleado 35 organizaciones de fact checking en todo Latinoamérica y el Caribe, para entender la naturaleza digital del problema al que nos enfrentamos. Tenemos que tener ciudadanos dispuestos a combatir la desinformación. Para ello, incluimos creadores de contenido digital como youtubers con gran llegada. Por ejemplo: un médico cirujano de Perú con 2 millones de seguidores y un divulgador científico de México.
Más en detalle al interrogante sobre ¿Qué herramientas podemos utilizar para combatir las fake news? Y la importancia de la mismas para combatir este fenómeno dijo: “Las organizaciones de fact cheking y el portal check.org que vincula profesores y otras organizaciones. También las figuras digitales que lograron hacer de la ciencia entretenimiento. Dar protagonismo a sus audiencias que tienen una dinámica social diferente. Profundizar el conocimiento de pauta de redes sociales para entender cómo elaborar los mensajes y cómo segmentarlos”.