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Área Educação e FP
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Diez ideas fuerza sobre la convergencia entre la Inteligencia Artificial (IA) e Inteligencia Emocional (IE) en la educación

Diez ideas fuerza sobre la convergencia entre la Inteligencia Artificial (IA) e Inteligencia Emocional (IE) en la educación

Tras la celebración del Diálogo Regional en Inteligencia Artificial (IA) e Inteligencia Emocional, la OEI recupera diez ideas para fomentar un uso responsable, transformador y favorecedor de la inteligencia artificial en la educación.

El pasado 11 de marzo la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), celebró el Primer Diálogo Regional en Inteligencia Artificial (IA) e Inteligencia Emocional (IE) en México con el objetivo de reflexionar sobre la convergencia entre ambas inteligencias y su impacto en el ámbito educativo.

Durante este Diálogo, especialistas iberoamericanos plantearon posibles estrategias y soluciones para la comunidad educativa en un mundo cada vez más transformado por las tecnologías, y en el que el bienestar emocional, la ética y el uso de la tecnología para el bienestar integral, se encuentran en el centro de la experiencia educativa.

En este marco, la OEI ha recuperado 10 ideas fuerza que invitan a reflexionar sobre el presente y el futuro que queremos, y reconocernos como agentes para crear y promover sistemas educativos que fomenten el óptimo desarrollo de los potenciales humanos:

1. Usa la inteligencia artificial (IA) como herramienta complementaria a la inteligencia humana, no como sustituto.

Ante un escenario digital global en el que la inteligencia artificial (IA) va ganando terreno, es esencial promover el pensamiento crítico y creativo. La mejor forma de utilizar la IA es como una herramienta complementaria a la inteligencia humana, no como su sustituto.

Para ello, es necesario centrar a la educación en propósitos y no en profesiones, así como adoptar un enfoque educativo dirigido a la solución de desafíos complejos en comunidad, desarrollando una identidad sólida personal y colectiva.

2. Promueve el desarrollo de la inteligencia emocional (IE) acompañada de habilidades cognitivas como una prioridad para la educación en la era de la IA.

Impulsar la democratización de estrategias educativas para el desarrollo de la inteligencia emocional (IE) y las habilidades cognitivas, desde la educación básica, además de promover y garantizar una educación científica, rigurosa y analítica, permitirá interactuar con la IA para discernir entre lo falso y verdadero; lo correcto e incorrecto, así como identificar sesgos ideológicos, cognitivos, emocionales y culturales en su uso.

Es esencial desarrollar una IE inmensamente humana, que contemple tanto procesos cognitivos básicos (atención, memoria, toma de decisiones), como superiores (pensamiento crítico y solución de problemas), así como emocionales y socio-morales.

3. Utiliza las herramientas generadas con IA para potenciar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.

La capacidad de las herramientas generadas con IA para brindar contenido y retroalimentación personalizada e imitar las interacciones humanas, puede potenciar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en el estudiantado. Un ejemplo es Violetta, un chatbot que incorpora la IA para ayudar a sus usuarios, principalmente mujeres, a desarrollar relaciones sanas, y que también puede detectar y ayudar a canalizar relaciones en las que existen situaciones de violencia.

4. No conviertas a la IA en una herramienta de dependencia emocional, aunque sea un medio de atención alterna en contextos de conflicto.

La IA imita las interacciones y la comunicación humanas facilitando las relaciones socioemocionales con esta tecnología, lo cual podría motivar que algunas personas prefieran dialogar, interactuar y establecer relaciones dialógicas con la IA. Ello no es totalmente negativo, pues la IA podría ofrecer un tipo de atención alterna a usuarios que atraviesan contextos de conflicto o violencia, en donde el acercamiento entre personas pueda resultar incómodo; sin embargo, esta relación con la tecnología conlleva importantes retos para que su uso no se convierta en una dependencia o desensibilización emocional, así como en la amplificación de emociones aflictivas, afectaciones en la privacidad o manipulación, e incluso, caer en una falta de personalización efectiva.

5. Evita la exposición prolongada a interacciones sociales y emocionales simuladas por IA; podrían quitarte sensibilidad a las emociones humanas auténticas.

La exposición prolongada a interacciones sociales y emocionales simuladas por IA podría generar dependencia y desensibilizar a los usuarios de las emociones humanas auténticas. Aunque la IA afectiva está diseñada para ser empática, su manera de interpretar las emociones humanas se basa en modelos generales. Una personalización errónea podría conducir a respuestas inadecuadas por parte de la IA; por ejemplo, un sistema que no logra reconocer señales de angustia creciente podría responder de manera que empeore el estado emocional del usuario. 

6. Identifica que la IA puede responder dinámicamente al estado emocional de las personas usuarias. Aprovéchalo para lograr intervenciones oportunas.

La IA reconoce las respuestas emocionales del estudiantado. Su capacidad para responder dinámicamente al estado emocional de las personas usuarias, podría, por ejemplo, ajustar el nivel de dificultad, un tipo de actividad didáctica o los estilos de aprendizaje, fomentar la participación e identificar a estudiantes que pudieran estar experimentando dificultades de aprendizaje o problemas emocionales. Esta detección temprana podría permitir intervenciones oportunas que apoyen tanto el bienestar emocional del estudiante como su rendimiento académico.

7. Analiza críticamente los algoritmos que alimentan a la IA, pues ello produce patrones generalizados que podrían provocar sesgos y desigualdades en las relaciones humanas.

En la IA generativa existen sistemas de procesamiento de datos masivos que reproducen patrones generalizados. Aunque la IA puede identificar y reproducir patrones humanos, carece de capacidades cognitivas humanas y puede generar sesgos y desigualdades. Por ejemplo, al procesar y generalizar volúmenes masivos de datos, las minorías son sistemáticamente discriminadas por todos estos sistemas. Es crucial auditar y analizar críticamente los algoritmos e información que alimenta el procesamiento de la IA para identificar sesgos, mitigar riesgos y asegurar la inclusión de todas las poblaciones y contextos socioculturales.

8. Protege tu privacidad. La IA recolecta datos sensibles de tu actuar o tus emociones, por lo que existen riesgos de manipulación de tus datos.

Las herramientas de IA recolectan datos sensibles sobre la manera en que interactuamos e incluso sobre nuestras emociones, lo cual plantea retos urgentes para proteger la privacidad, además de que existe el riesgo de que esta información pueda ser utilizada para manipular emocionalmente a las personas usuarias, con diversos fines. Es esencial educar sobre estos riesgos y desarrollar el pensamiento crítico para hacer uso de la IA con claridad emocional y cognitiva.

9. Sé consciente de que la producción de la tecnología digital impacta en los recursos naturales. Utilízala con responsabilidad ambiental.

Es crucial integrar en la educación sobre IA los procesos asociados a su desarrollo e impacto ambiental. Hay que considerar la cadena de producción de la tecnología digital, desde la extracción de recursos (como el cobalto y las tierras raras) hasta la gestión de desechos, y conectar estas problemáticas con temas globales como el cambio climático y la justicia ambiental.

10. Participa en la generación de regulaciones para proteger la privacidad y el desarrollo pleno de las personas.

Las mejores prácticas para el uso ético de la IA deben ser codiseñadas y dialogadas por organizaciones civiles, la academia, los gobiernos, el sector privado y la ciudadanía para incluir todas las voces. En este sentido, es esencial generar estrategias y regulaciones que protejan la privacidad y el pleno desarrollo de las personas con justicia y de forma equitativa e incluyente. Además, es necesario adoptar una postura ética sistémica para considerar el impacto sociocultural, económico, climático y en materia de justicia ambiental y social que trae consigo el uso de la IA.