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Día Internacional de la Democracia

El 15 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Democracia, una fecha para hacer balance de la libertad en los sistemas políticos alrededor del mundo.

El 15 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Democracia, una fecha para hacer balance de la libertad en los sistemas políticos alrededor del mundo. Desde 2008, Naciones Unidas tiene marcada esta jornada en su calendario como recordatorio de la importancia de que los ciudadanos sean los soberanos de su estado, pudiendo elegir libremente a sus representantes y dirigentes políticos.

La Democracia es un sistema de gobierno que parte de la tolerancia y de la autonomía del individuo para expresar y ejercer sus ideas sin censura, así como del respeto a los derechos humanos, tal como se expresa en el artículo 21.3 de la Declaración Universal de  Derechos Humanos: “La voluntad de la población debe constituir la base de la autoridad de gobierno; ello se expresará en elecciones periódicas y genuinas que serán mediante sufragio universal e igual y se celebrarán por voto secreto o por procedimientos de votación libres equivalentes”.

El tema que Naciones Unidas ha escogido para este año es ‘Democracia y prevención de conflictos’, centrándose en la necesidad de fortalecer el papel de los regímenes democráticos a la hora de fomentar la paz y el diálogo basado en la tolerancia. Todo ello queda reflejado en el objetivo 16 de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, que busca la promoción de sociedades justas, pacíficas e inclusivas.

La Organización de Estados Iberoamericanos está muy concienciada en la difusión de los valores democráticos. Por ello, desde 2017 se celebra el Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos Óscar Arnulfo Romero, un proyecto del Instituto Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos (IDEDH) y de la Fundación SM.

El objetivo principal de este galardón es reconocer el trabajo de instituciones educativas, ONGs y de la sociedad civil que trabajan en la defensa de los derechos humanos mediante la educación. Para ello, se celebra una primera fase nacional, en la que se eligen las mejores iniciativas de la región Iberoamericana, y más tarde una segunda fase donde se elige al ganador entre todos los finalistas.

Uno de los proyectos que obtuvo una mención especial en la I Edición del Premio fue el ganador nacional de argentina, ‘Casa por la Identidad’. Esta iniciativa de la Asociación de Abuelas de la Plaza de Mayo realiza una labor educativa que busca concienciar a visitantes de todo el país sobre lo que han sido y continúan siendo 40 años de lucha por la construcción de la memoria y el derecho de la identidad.

En 1976, las Fuerzas Armadas de Argentina instauraron en un golpe de estado una dictadura militar. La desaparición de niños y jóvenes embarazadas fue uno de los métodos recurrentes de represión y tortura del régimen, separando a los bebés de sus familias para venderlos a familias de militares o simplemente abandonarlos.

Un año después, nace la Abuelas de la Plaza de Mayo, una organización formada por las abuelas que habían perdido a sus nietos, con el fin de investigar su paradero y las identidades falsas bajo las que estaban viviendo. Así, comenzaron la búsqueda, a veces haciendo de detectives, el resto del tiempo visitando orfanatos y juzgados de menores. Su duro trabajo les ha llevado a recuperar 121 niños desaparecidos que hoy ya son adultos, incluso con sus propios hijos, pero aún faltan casi otros 300 nietos en paradero desconocido.

La Asociación de Abuelas de la Plaza de Mayo cuenta desde hace ya tiempo con mucha voz tanto en la sociedad argentina como en la internacional, como un gran ejemplo de lucha por los derechos humanos. Su trabajo en el ámbito educativo ha sido continuado, pues es esencial que en las aulas se aprenda la importancia del derecho a la Identidad, que fue robado a sus nietos.

Para ampliar el alcance y la difusión de su labor, se creó en 2014 la Casa por la Identidad, un espacio dedicado a la dura lucha de las Abuelas, donde se muestran entre otras cosas imágenes de su recorrido, testimonios de los niños recuperados y las historias de los padres y madres que fueron asesinados por el régimen.

La localización de la Casa por la Identidad es también muy simbólica. Se encuentra donde durante la dictadura funcionó la Escuela Mecánica de la Armada, uno de los Centros Clandestinos de Detención y Exterminio más mortíferos de Argentina. El horror allí vivido ha dado paso ahora a la memoria y solo en un año desde su apertura, más de 500 personas habían visitado el lugar.

Los grupos de estudiantes de escuelas y universidades, así como organizaciones sociales, son los visitantes más asiduos. En la Casa por la Identidad pueden hacer un recorrido libre, o bien son recibidos por guías voluntarios que les ayudan a comprender mejor los crímenes cometidos durante la dictadura, la causa de las Abuelas de la Plaza de Mayo y el valor de la Identidad como derecho humano.

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