OEI: um exemplo real de cooperação Sul-Sul
Este 12 de septiembre la Organización de las Naciones Unidas celebra el Día de la Cooperación Sur-Sur, una conmemoración que resalta la importancia de esta forma de cooperación practicada por los países en vía de desarrollo, localizados en su mayoría en el hemisferio sur, y que según este organismo es una manifestación de solidaridad que contribuye al bienestar de las poblaciones, su independencia colectiva y el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Este término se empezó a utilizar a partir de la aprobación del Plan de Acción de Buenos Aires para Promover y Realizar la Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo (PABA), firmado por 138 países, en septiembre de 1978. Hoy en día es una de las formas de cooperación más extendidas en el mundo y con una amplia presencia en regiones como América Latina, África y Asia.
En ese sentido, es preciso resaltar el trabajo que la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) ha realizado a lo largo de más de 70 años en la región iberoamericana, consolidándose no solo como la organización decana de la cooperación en esta parte del mundo, sino también como pionera en cuanto a cooperación Sur-Sur se refiere, ya que, con sus 19 sedes diseminadas en la región y su amplia ejecución de proyectos en terreno, ha tenido un impacto destacable en el desarrollo de la región, aun cuando aún este concepto no estaba tan extendido en el plano de la cooperación internacional.
Andrés Delich, secretario general adjunto de la OEI, resalta que una de las características más destacadas de esta forma de cooperación es la horizontalidad, principio que está presente en la colaboración que realizan los países miembros de la organización y que garantiza la transferencia de conocimiento y de recursos de una forma solidaria, orientada a resolver los problemas reales de la comunidad iberoamericana.
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Asimismo, señala que la cooperación Sur-Sur ha desempeñado un papel fundamental para solventar la crisis mundial del coronavirus al potenciar la colaboración regional y reforzar los lazos de integración iberoamericana. “La pandemia resultó ser algo que nos cayó encima, entonces la búsqueda de soluciones tuvo mucho que ver con encontrar soluciones entre actores que tienen el mismo tipo de desarrollo, el mismo tipo de estructuras sociales; para problemas similares, soluciones similares” comenta. En ese sentido, resalta que “ha sido un trabajo muy estimulante estos meses el reunirnos con diferentes ministerios de educación, de ciencia, de cultura de la región, en el caso de Latinoamérica, y hemos encontrado problemas similares y también respuestas en común”.
Por otra parte, Delich reflexiona sobre el futuro de esta cooperación en Iberoamérica y destaca que, a pesar de los distintos procesos de desarrollo de los países, la región cuenta con importantes avances sociales que la cooperación Sur-Sur continuará fortaleciendo gracias a su significativa contribución, esta vez sumado a lo que se denomina cooperación triangular. En ese sentido, expone que “con los donantes tradicionales a través del financiamiento de este tipo de cooperación, encontramos un mecanismo también de transferencia de tecnología entre países que tienen niveles similares de desarrollo. En esas dos formas de cooperación, Sur-Sur y triangular, está instalada la OEI” afirma.