XIV Congreso Iberoamericano de ciencia, tecnología y género: resúmenes
A lo largo de estos más de 25 años de trayectoria, el Congreso ha dado testimonio de los avances obtenidos dentro de este campo, pero, a la vez, de las desigualdades que persisten y los nuevos retos que se van abriendo al respecto.
La celebración de la última edición del Congreso, la decimocuarta, celebrada en Madrid entre los días 13 y 15 de septiembre, ha sido posible gracias a la colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). La alianza entre nuestras dos instituciones tiene como objetivo fortalecer la cooperación científica dentro de Iberoamérica y, en concreto, fomentar la divulgación científica, el reconocimiento de las mujeres científicas y la cooperación entre investigadores e investigadoras de España, América Latina y el Caribe para el intercambio, la generación y la transferencia de conocimiento. El pilar clave de esta alianza es la incorporación de una perspectiva multidisciplinar para abordar estos desafíos comunes. Además, es importante señalar, que América Latina y el Caribe son una región estratégica y preferente para la internacionalización de la ciencia española, así como lo es también España para el resto de los países iberoamericanos.
La representación y visibilidad de las mujeres en la ciencia –también en la gestión de la ciencia–, el fomento de las vocaciones científicas y la equidad en el acceso y mantenimiento en la carrera investigadora, deben ser focos de atención esenciales no solo en nuestra región, sino también, a nivel mundial. Iberoamérica es una de las regiones más afectadas por la brecha de género en la ciencia. El informe que el Observatorio de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la OEI publica anualmente sobre el Estado de la Ciencia en Iberoamérica arroja datos en este sentido. A pesar de que los recursos destinados a la investigación y de que el número total del personal investigador en la región se han visto incrementados en la última década, las mujeres se encuentran aún subrepresentadas en el universo del total de personal investigador iberoamericano, y en la producción científica, de manera especial en las áreas STEM. Asimismo, son destacables los obstáculos adicionales con los que cuentan para liderar los grupos de investigación a pesar de sus méritos académicos, lo que supone un techo de cristal pues les impide avanzar en su carrera investigadora.
El contexto apunta a que la desigualdad estructural en la investigación responde a una desigualdad sistémica; no puede haber igualdad real y efectiva en los sistemas de ciencia y tecnología sin eliminar las brechas de género y alcanzar una paridad efectiva a nivel global. Adicionalmente, se encuentran las dificultades propias de la carrera científica, en donde todavía faltan transformaciones profundas en los sistemas de generación de conocimiento.