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El vínculo entre la comunicación científica y la comunicación de las políticas públicas en salud

Expertos en comunicación y especialistas de la medicina expusieron acerca de la necesidad de contrastar la información científica previo a su publicación, con el objetivo de luchar contra la desinformación y propagación de noticias falsas que ate…

Expertos en comunicación y especialistas de la medicina expusieron acerca de la necesidad de contrastar la información científica previo a su publicación, con el objetivo de luchar contra la desinformación y propagación de noticias falsas que atentan contra la salud mundial. Los académicos presentaron sus reflexiones durante el segundo foro virtual denominado “El vínculo comunicación científica – comunicación de las políticas públicas en salud” del Laboratorio de Comunicación Científica y COVID-19.

La OEI acompaña la tercera edición del Laboratorio de Comunicación Científica que lidera el Centro de Formación de la Cooperación Española (CFCE) en Montevideo. El encuentro es apoyado además por UNESCO, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay (MEC), a través de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, la Secretaría de Cooperación Internacional y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable y la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (ACUCI).

Las actividades se realizan en modalidad virtual y son de carácter regional, habiéndose registrado más de 600 personas interesadas de Iberoamérica, Francia y Estados Unidos.

La segunda instancia del Laboratorio contó con la participación de Núria Jar, periodista especializada en ciencia y salud (España); Rafael Vilasanjuan, director del Instituto de Salud Global de Barcelona (España); Henry Cohen integrante del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) de  Presidencia de la República ante la COVID-19 (Uruguay); y de Silvana Ravía coordinadora técnica de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología del MEC, quien moderó el encuentro.

Núria Jar recordó que a comienzos de este año se sabía muy poco acerca del COVID-19,  lo que provocó que la Organización Mundial de la Salud declarara la infodemia antes que la pandemia, “eso que hace que la gente se sienta perdida y con demasiada información”.

La periodista valoró como inadecuado el manejo de la información con respecto a las mascarillas, las cuales pasaron de catalogarse como innecesarias para la población general, a obligatorias. Jar ensayó como una de las posibles respuestas a este cambio, que en un principio fueron desaconsejadas para asegurar que los equipos sanitarios no carecieran de insumos de protección frente a una alta demanda de la sociedad de este producto.

Incidencia de la comunicación en la salud pública

En tiempos de pandemia, la especialista señaló que es necesario brindar mensajes claros y directos; y es válido transmitir la incertidumbre por lo desconocido y admitir la falta de evidencias en algunas cuestiones; haciendo énfasis en la necesidad de promover una comunicación transparente y honesta. “Una comunicación correcta incide en la salud pública”, afirmó.

Jar hizo hincapié en la nociva rapidez con la que se dan a conocer los artículos científicos, comunicándose los resultados de un modo prematuro, por parte de personas que carecen de un entendimiento adecuado de este tipo de información. “Los mensajes inciden en el comportamiento de la gente, tenemos una responsabilidad social”.

Para la periodista, otro problema a abordar es el incremento de las desigualdades sociales en el ámbito científico. “Las investigadoras se están viendo perjudicadas a causa de esta pandemia, porque publican menos y tienen una menor exposición en los medios de comunicación”.

Por último, anunció que está trabajando en un podcast producido con financiación de National Geographic, en el que seis investigadoras españolas darán a conocer su búsqueda de soluciones para el coronavirus. 

El minuto a minuto de la pandemia

Rafael Vilasanjuan reflexionó acerca de que “por primera vez en la historia de nuestras generaciones, asistimos a una pandemia que está siendo transmitida casi en directo. Tenemos que ser muy cautos con el tipo de información que brindamos y en cómo la comunicamos”.

El experto indicó que un alto porcentaje de la población mundial no conoce cómo obtener información fiable, mientras que un alto porcentaje considera que se le da muy poco peso a la ciencia en la comunicación, y una pequeña porción tiende a creer eminentemente en información falsa.

Por otra parte, Vilasanjuan expresó preocupación acerca de la intromisión de algunos políticos en asuntos estrictamente científicos. “En ocasiones prometen realidades que ni la ciencia aún conoce, para contrarrestar un mal manejo de la pandemia. Existe una distancia enorme entre el discurso político y científico”.

“Ha habido una sobrecarga de información. Se han publicado artículos que no han sido contrastados y, por ende, ha habido investigaciones que no estaban realizadas sobre una base científica, por ejemplo, como ocurrió con la hidroxicloroquina”, analizó.

En este sentido, informó que solo un tercio de las informaciones que se difunden sobre el COVID son artículos científicos. “Nunca antes la sociedad había intentado conocer tanta información sobre un tema de salud. Y por ende esta carrera se ha trasladado a los medios de comunicación, acelerando el paso de la ciencia que va a un ritmo más lento”.

Para el experto, las redes sociales representan uno de los factores críticos en este sentido. “Las redes funcionan a través de algoritmos que potencian las comunicaciones negativas, tales como las teorías conspirativas que potencian, porque son las que generan más tránsito. Existe una proliferación de noticias que incluso las redes sociales saben que son falsas pero no las corrigen”, indicó.

Por último, aconsejó: “las noticias sorprendentes debemos ubicarlas en el área del escepticismo y buscar la información correcta”.

La importancia de comunicar

Henry Cohen estructuró su exposición en torno a su experiencia como integrante del grupo que asesora a la Presidencia de la República, en torno al desarrollo de la pandemia.

“Las políticas públicas en salud han obligado a la ciencia a comunicarse de forma clara, directa, inequívoca y atractiva. La información de científicos independientes, sólidos y creíbles es primordial. En Uruguay se dio un fenómeno de popularización o masificación de la ciencia gracias a la comunicación de las políticas públicas en salud”, opinó.

Para Cohen, la comunicación es clave en el intercambio entre los actores, en la coordinación de los grupos, y en el asesoramiento al gobierno. “El objetivo es bajar a la tierra la ciencia, ver de qué modo la evidencia científica impacta en la gente y qué significa para las decisiones del gobierno. Nuestro trabajo no es decidir, sino comunicarle la evidencia científica al gobierno para que tome decisiones informadas”.

El doctor valoró que la pandemia, la creación del GACH y el papel de los científicos en general, condujeron a que se estableciera un vínculo inédito entre la comunicación de la ciencia y las políticas públicas.

Último encuentro

➢ Ciencia abierta y el derecho a la ciencia (antes, durante y post covid-19) – 6 de octubre, 14:30 horas.

El foro podrá seguirse en el canal de youtube del CFCE

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