Se entregó el Premio Dr. Eduardo Charreau 2021
En una ceremonia virtual debido a la pandemia, el 16 de julio se entregó la edición 2021 del Premio Dr. Eduardo Charreau a la Cooperación Científica y Tecnológica Regional. El premio tiene el propósito de rendir homenaje a una notable figura de la ciencia iberoamericana y de galardonar la cooperación científica de investigadores de la región.
El encuentro, que contó con la presencia de más de 80 personas especialmente invitadas —más aquellas que siguieron la transmisión a través de YouTube—, fue moderado por Mario Albornoz, coordinador del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de la OEI, quien comenzó la sesión recordando la figura de Eduardo Charreau como un gran científico, un gran formador de nuevos investigadores y un gran impulsor de la cooperación regional.
Luis Scasso, director de OEI Argentina, Susana Hernández, presidenta de AAPC, y Augusto Sánchez Valle, presidente de la AI, ofrecieron palabras de apertura en nombre de las instituciones convocantes.
“Es un placer para OEI llevar a cabo este premio con socios de primer nivel y un jurado de excelencia”, destacó Scasso. “Poco a poco el galardón va aumentando en volumen y en cantidad y diversidad de postulaciones. Es un proceso que tiene que durar muchos años más y consolidarse en el paso del tiempo.”, agregó.
Susana Hernández evocó que el Dr. Charreau solía repetir una frase de su maestro, el Premio Nobel Bernardo Houssay, quien argumentaba que sólo se conoce a una persona cuando pide con dignidad, cuando da con generosidad y cuando reparte con ecuanimidad. “Eduardo se guiaba siempre por este concepto y sabemos que en la región hay numerosos científicos que también han hecho suya la frase de Houssay”, dijo. “Por eso esperamos que el premio siga creciendo para destacar a aquellos investigadores e investigadoras que crean en la cooperación como herramienta de desarrollo para nuestros países.”, manifestó la presidenta de AAPC.
Augusto Sánchez Valle recalcó el orgullo de Interciencia de participar de un premio que homenajea a una figura tan importante para la cooperación en la región y que tuvo un paso destacado por la institución.
Los tres oradores destacaron el trabajo realizado por el Comité de Selección presidido por Águeda Menvielle y compuesto por Miguel Yacamán, María Cristina Añon y Miguel Ángel Alario Franco, quienes elaboraron la lista final de candidatos que fue valorada por los miembros del Jurado integrado por Susana Hernández, Miguel Ángel Blesa y Mario Albornoz.
Águeda Menvielle tomó la palabra para detallar la tarea que llevó adelante el Comité de Selección. “Se trató de un arduo trabajo”, describió. En esta edición contamos con la presentación de expertos y expertas de muchas áreas de la ciencia: física, química, oceanografía, matemática, biotecnología, psicología e ingeniería, entre otras.”
La lectura del dictamen final del jurado estuvo a cargo de Miguel Blesa, quien repasó el proceso de elección de los ganadores, que se orientó a partir de tres lineamientos: calidad académica, formación de recursos humanos y cooperación a nivel regional.
Posteriormente, Karina Pombo, directora nacional de promoción de la política científica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la República Argentina, subrayó el propósito ministerial de fortalecer la cooperación con los demás países latinoamericanos, desafío vital para que la región logre una autonomía duradera en materia de ciencia, tecnología e innovación.
Por su parte, Ana Capilla, directora de educación superior y ciencia de OEI, indicó que la existencia del premio es parte importante de las actividades del organismo en el área: “Nos resulta muy grato entregar un premio que no sólo distingue la excelencia científica, sino también la predisposición a cooperar y tener conciencia sobre lo mucho que una investigación individual puede contribuir al desarrollo iberoamericano”
É necessário aceitar os cookies para ver este conteúdo
La palabra de los premiados
Cuando les llegó el turno a los investigadores distinguidos, la Dra. Mayra De la Torre definió al Dr. Charreau como “un caballero” que nunca se dio por vencido en su lucha por construir una ciencia común para todos los pueblos latinoamericanos. Tras comentar que su postulación fue pensada también como un homenaje a su memoria, resaltó una de las aristas más recientes de su carrera científica: el trabajo con pueblos originarios para rescatar y expandir conocimientos a partir de prácticas tradicionales, entre ellas el uso medicinal de plantas nativas.
El Dr. José Paruelo también elogió al Dr. Charreau y dijo sentirse honrado de que su nombre quede asociado a su figura a través de la entrega del premio. Aunque lamentó no haberlo conocido personalmente, agradeció haber sido beneficiario institucional del trabajo desarrollado por el Dr. Charreau durante su presidencia del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) entre 2002 y 2008, años especialmente difíciles para la ciencia argentina. Al ponderar la mención especial que le fue otorgada, Paruelo recalcó el carácter iberoamericano del premio. “Es la parte del mundo con la que se vinculan mis afectos, mis raíces, mi cultura, y también mis preocupaciones y mis desvelos”, declaró.
La Dra. Marta Litter, una de las ganadoras del premio, coincidió en la importancia vital que significó el paso del Dr. Charreau como funcionario máximo del CONICET. Al tiempo que celebró el papel que tiene todavía hoy la universidad pública en el modelado de la carrera científica, agradeció a su alma mater, la Universidad de Buenos Aires, por haberle dado un lugar en el ámbito académico a lo largo de décadas y “en muy difíciles circunstancias”. Se refirió, por último, a la línea de trabajo que viene desplegando desde hace años, consistente en sucesivos estudios sobre la contaminación del agua potable con arsénico, una problemática que afecta en la actualidad a cuatro millones de argentinos y que lamentablemente también aqueja al resto del continente. Como cierre, solicitó que los científicos y las científicas de América Latina pronuncien el establecimiento de redes mancomunadas y den lugar en ellas a “los jóvenes apasionados por la ciencia” que estudian en la región.
El Dr. Juan de Dios Ortúzar dijo haberse iniciado en el trabajo colaborativo desde el inicio de su carrera académica y sentirse orgulloso de ser parte de equipos de trabajo que operan en universidades de Colombia, Ecuador y España, entre otros países. “He tenido el gusto de formar a muchos alumnos que hoy son investigadores de carrera y siguen involucrados conmigo en proyectos actuales. La cooperación es rica porque continúa en el tiempo. A través de ella he podido multiplicar mi trabajo de maneras que yo jamás hubiera pensado. Me siento tan chileno como latinoamericano y español.”
El futuro del premio
Antes de cerrar la ceremonia, Mario Albornoz anunció que las entidades organizadoras ya están preparando la convocatoria a la edición 2022 del premio y que se está considerando la inclusión de un galardón para investigadores jóvenes que se encuentran en la primera etapa de su recorrido académico.
Las palabras finales estuvieron destinadas al Dr. Charreau: “Hay personas que dejan huella y que nos dejan como herencia un conjunto de valores que persisten en el tiempo. Nosotros creemos que estos valores están encarnados en las personas que han sido galardonadas con este premio”.