Adriana Ortiz: “Los espacios de liderazgo implican una oportunidad y a la vez una responsabilidad”
Ella es la presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía, institución que encontró en un estado de casi abandono cuando asumió su cargo, en el 2018. Hoy, con el posicionamiento del IPA como agente defensor de la cultura paraguaya a través de manos de mujeres trabajadoras, y la presencia que ella misma impone, hacen que se la vea como un referente de liderazgo, capacidad y dedicación, con el mundo por delante. Pero ¿qué mundo?
Sobre su trabajo, Adriana comenta que, en su día a día, le toca ver “cotidianamente la realidad de centenares de mujeres valientes, que en las circunstancias más difíciles construyen su futuro y el de sus familias con esfuerzo, creatividad y resiliencia. La Mujer Paraguaya, en todas las épocas de nuestra historia nacional, ha tenido un rol protagónico que debe ser adecuadamente valorado y visibilizado por la sociedad en su conjunto”.
Números interesantes pueden encontrarse en el IPA, con más de 40.000 paraguayos artesanos. “Y el 70% de ese número, son mujeres”, explica Adriana. “Son 28.000 artesanas que trabajan para revalorizar la cultura, cultivar los saberes ancestrales, y así mantener la identidad paraguaya latente. Estamos más vivas que nunca”.
Sin embargo, en el aspecto más general de la sociedad y su aceptación hacia la necesidad de espacios exclusivos y de empoderamiento para la mujer, es donde se pueden ver más falencias. “Algunos prejuicios culturales se han intensificado en los últimos años en ciertos sectores que no admiten como aceptable una sociedad plenamente paritaria. Por eso es importante una fecha de visibilidad y posicionamiento como el 8M. Para mí el 8M es una fecha mundial de reivindicación y posicionamiento de las luchas históricas de las mujeres por un mundo con plena igualdad. Es importante que, desde todos los países, las mujeres hagamos escuchar nuestras voces para la construcción de un mundo más justo”.
Este año, como anunció la ONU Mujeres, el tema del Día Internacional de la Mujer es “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”. Sobre el liderazgo, algo que ella conoce muy bien, Adriana se refiere a comprender que esos espacios son una oportunidad, pero también son una gran responsabilidad. “Los espacios de liderazgo implican una oportunidad y a la vez una responsabilidad de canalizar mensajes de empoderamiento de las mujeres, contribuyendo a la consolidación de redes y espacios de activismo por los derechos de las mujeres, entendiendo que estos derechos tienen una presencia transversal en todas las temáticas de la agenda pública”.
“En Paraguay, hay que abordar principalmente factores estructurales y culturales”, opina, al referirse a los elementos tener en cuenta para dar más espacios a la mujer. “Con respecto a estos últimos, un desafío esencial es revertir la naturalización que todavía existe, en muchos sectores, de la violencia y el menoscabo de los derechos de la mujer”.
Y, como el mundo cambió desde la pandemia de COVID-19, también se refirió a ese nuevo mundo para la mujer. “La pandemia ha empeorado ciertas condiciones que afectan a los derechos de las mujeres, como ser por ejemplo el desigual reparto de las tareas del hogar, y también ha dificultado en muchos casos la debida canalización de denuncias de hechos de violencia en todas sus formas, siendo particularmente preocupante la situación de vulnerabilidad de muchas niñas y adolescentes en contexto de pandemia”.
Pero también hay que destacar lo bueno, aunque todavía falta. “Es visible que en los últimos años se ha fortalecido la participación y la visibilidad de las mujeres en la vida pública y en la toma de decisiones”, dijo la presidenta del IPA, y en seguida agregó: “Pero todavía existe una brecha muy importante en nuestro país y en el mundo hacia el logro de una paridad plena. Todos los sectores deben intensificar los esfuerzos hacia esta meta”.
Antes de despedirse, Adriana comparte: “Una frase que resume el espíritu de la mujer paraguaya es el siguiente verso de la poetisa Carmen Soler:
He de ir.
He de volver.
¡Yo no me canso de ser!”