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Luces para Aprender donó paneles fotovoltaicos a dos orfanatos del Congo

El Proyecto Luces para Aprender (LPA) expande su horizonte solidario y llega a África. Dos equipos fotovoltaicos provenientes de nuestro país, que dotarán de energía a dos orfanatos de la República Democrática del Congo que albergan a 150 niños…

El Proyecto Luces para Aprender (LPA) expande su horizonte solidario y llega a África.  Dos equipos fotovoltaicos provenientes de nuestro país, que dotarán de energía a dos orfanatos de la República Democrática del Congo que albergan a 150 niños y niñas, fueron instalados por un contingente del Ejército Nacional.

Los orfanatos Amour y Turisemi se encuentran en Goma, una ciudad de la República Democrática del Congo, que tiene 160.000 habitantes. Allí se acercan a diario soldados uruguayos –que se desempeñan en una misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas- para colaborar con los niños que viven en este espacio.

Fueron ellos quienes le plantearon al Ministerio de Defensa Nacional la necesidad y las carencias que atraviesa cotidianamente esta población. A partir de este momento, UTE estudió la inquietud junto a la OEI y a la Fundación Elecnor, que decidieron colaborar con dos equipos fotovoltaicos.

Estos equipos fueron retirados recientemente de aquellas escuelas rurales beneficiarias de Luces para Aprender, a las que la red de tendido eléctrico alcanzó, en el marco de la segunda fase de Luces para Aprender.

Para Walter Sosa, director de la UTE, esta iniciativa se enfoca en uno de los objetivos principales de LPA: la solidaridad. “Se trata de una misión de integración social, que permite potenciar el desarrollo humano de las personas y, sobre todo, de los niños, porque se centró principalmente en las escuelas rurales”, explicó.

“La República Democrática del Congo es un país con enormes problemas sociales, económicos y humanitarios, sobre todo. Es un país devastado”, valoró.

Los niños viven en estos orfanatos porque sus padres fueron asesinados, sus madres violadas y no tienen donde ir. “Allí encuentran contención, posibilidades de subsistencia y desarrollo humano”, destacó.

 

Un país sin energía

Sosa explicó que en el Congo solamente un 17% de la población tiene acceso a la energía eléctrica, durante pocas horas al día. El 83% vive el día a día, porque no tiene capacidad de conservar los alimentos, ni iluminación. Además, existe una alta prevalencia de enfermedades. Recientemente, padecieron un nuevo brote importante de Ébola.

“La solidaridad no tiene fronteras, cuando nos enteramos de cuestiones tan complejas. Estos equipos les permitirán acceder a la iluminación y la utilización de heladeras. También podrán estudiar más horas en el día, conservar vacunas y habilitar el uso de una computadora y un televisor, entre otras posibilidades educativas y de esparcimiento”, precisó.

El mantenimiento y la instalación estarán a cargo del Ejército Nacional, que ya recibió una capacitación por parte de técnicos de UTE y de la Fundación ELECNOR, esta última a través de Montelecnor.

Asimismo, UTE sustituyó las baterías por unas nuevas, para asegurarse de que estén en condiciones óptimas, y proveyó los materiales necesarios para realizar las instalaciones interiores que permitan su uso.

Sosa comentó que esta iniciativa también despertó la solidaridad de los funcionarios de la UTE. “Tenemos un grupo de trabajadores agrupados en una organización que se llama Gente Amiga, que no depende formalmente de la UTE, que se interesaron en el tema y reunieron donativos que llegarán también con los equipos fotovoltaicos. Hay materiales didácticos, juegos, pañales y ropa”.

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Colocación de los paneles