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Se entregó el Premio Dr. Eduardo Charreau a la Cooperación Científica y Tecnológica Regional

Se entregó el Premio Dr. Eduardo Charreau a la Cooperación Científica y Tecnológica Regional

En una ceremonia que combinó sentidos homenajes y comentarios sobre la importancia de la ciencia en tiempos de crisis, el 4 de junio se entregó de manera virtual el Premio Dr. Eduardo Charreau a la Cooperación Científica y Tecnológica Regional al Dr. Gabriel Rabinovich, bioquímico argentino, y Wilson Savino, biólogo brasileño. La Dra. Alicia Fernández Cirelli, química argentina, fue distinguida con una mención especial.

El encuentro, que contó con la presencia de más de 200 personas, comenzó con palabras introductorias de los representantes de las tres entidades organizadoras del premio: Luis Scasso, director de la oficina argentina de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI); Susana Hernández, presidenta de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC); y Miguel Ángel Blesa, presidente de la Asociación INTERCIENCIA (AI). Además de recordar la figura del Dr. Charreau , los tres oradores destacaron el trabajo realizado por el Comité de Selección presidido por Damasia Becu y compuesto por Hernán Chaimovich, Sixto Malato, Águeda Menvielle y Víctor Ramos, quienes elaboraron la terna de candidatos que fueron valorados por los miembros del Jurado integrado por Susana Hernández, Miguel Ángel Blesa y Mario Albornoz, coordinador del Observatorio Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Sociedad (OCTS) de la OEI.

Mario Albornoz fue el encargado de leer el dictamen del Jurado, donde se detalló el proceso de elección de los ganadores y los méritos de cada uno de los premiados, y a continuación cedió la palabra a los oradores principales: Mariano Jabonero, secretario General de OEI; Roberto Salvarezza, ministro de ciencia, tecnología e innovación productiva; Marcelo Morales, secretario de políticas para la formación de acciones estratégicas del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovaciones y Comunicaciones de Brasil; y Lidia Brito, directora de la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la UNESCO.

Mariano Jabonero resaltó la importancia de la cooperación entre investigadores e instituciones de distintos países para el desarrollo de la ciencia en Iberoamérica, especialmente en tiempos difíciles como los actuales, en los que la pandemia del Covid-19 ha puesto a la humanidad frente a un desafío global. “No hay política pública que ofrezca mejores beneficios que la cultura y la ciencia”, declaró el secretario general de OEI. “En lo que atañe específicamente a la ciencia, la pandemia ha provocado que millones de personas pongan la mirada en lo que hacen los investigadores. En ese sentido, el Observatorio CTS está trabajando de forma intensiva para recabar información y visibilizar el trabajo de los científicos a nivel iberoamericano y mundial.”

Roberto Salvarezza agradeció el esfuerzo de coordinación que demandó la realización del premio y enfatizó la relevancia del trabajo que el Dr. Charreau desplegó durante la última etapa de su carrera profesional. “Recordar a Eduardo es recordar a la ciencia”, dijo el ministro. “Entre 2002 y 2008, mientras fue presidente del CONICET, comandó la recuperación de una ciencia argentina que venía golpeada, condenada a la desaparición. Posteriormente, desde el Estado se dio continuidad a esa gestión brillante con la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.”

Marcelo Morales subrayó el carácter transformador de la ciencia representado en el premio, enalteció la trayectoria académica del Dr. Savino  y pasó revista “a las profundas relaciones que mantienen desde hace décadas Brasil y la OEI a través de la aplicación de actividades de desarrollo y el desarrollo de investigaciones a nivel transnacional”. En particular, celebró la utilidad y la pertinencia del micrositio que OEI preparó a raíz de la propagación del virus, al que el OCTS aportó información estadística sobre ensayos clínicos, investigaciones sobre vacunas y publicación de artículos académicos acerca del Covid-19, entre otros datos.

“Una ciencia sin cooperación no es una buena ciencia”: con esas palabras Lidia Brito se refirió a la urgencia por unir fuerzas entre todas las instituciones científicas de la región para combatir la complejidad que se ha presentado con la propagación del Covid-19. “Si el Dr. Charreau estuviera con nosotros en este momento, sería el primero en decir que debemos trabajar juntos para ayudar a los países más débiles y defender el derecho a una ciencia para todos”, declaró la funcionaria de UNESCO.

Luego fue el turno de los ganadores. Además de agradecer a todos los presentes y a las entidades organizadoras del premio, la Dra. Fernández Cirelli explicó por qué la cooperación es crucial para facilitar sinergias y motorizar el avance constante y seguro de las investigaciones y describió las tareas que lleva a cabo en el marco de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) y del Programa CYTED, donde viene desarrollando un estudio sobre la presencia de arsénico en agua en América Latina.

El Dr. Rabinovich consideró que el premio tenía para él un valor triple, tanto por la referencia al Dr. Charreau como por el prestigio de los otros dos investigadores ternados y por el realce de la cooperación como instrumento esencial para los sistemas científico-tecnológicos de la región. Rememoró historias personales con el Dr. Charreau, con quien mantuvo durante décadas una estrecha amistad, y repasó su injerencia en el trabajo diario en IBYME. “Eduardo ya es parte de nuestra historia y será recordado por traer unidad a la ciencia argentina”, dijo el Dr. Rabinovich. Sobre el futuro del ámbito científico en la región, agregó: “Puede ser una utopía pensar en una ciencia latinoamericana unida, pero esa utopía nos sirve para avanzar y seguir caminando”.

Por último, el Dr. Savino amplió las resonancias del premio para referirse al devenir de la ciencia en su lucha por resolver la gran problemática actual y solicitó que el premio se tomara como un tributo a las víctimas del coronavirus en todo el mundo. “Tomemos esta fecha para celebrar la paz, la solidaridad entre los pueblos y la reducción de la desigualdad en todas nuestras sociedades”, reflexionó. “Necesitamos instalar una contracultura del conocimiento que incluya a la ciencia, a las artes y a todas las expresiones del quehacer humano. En un mundo donde millones de personas niegan el conocimiento científico y descreen de la teoría de la evolución, y donde tenemos gobernantes que desprecian a la ciencia para pensar sus políticas, debemos confirmar nuestro compromiso con una educación cívica, libre y gratuita para todos.”

El discurso de cierre estuvo a cargo de Ana Franchi, presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la República Argentina. Tras pedir que las sociedades no regresen a la “vieja normalidad” una vez que la pandemia llegue a su fin, abogó por una ciencia que no sólo ayude a encontrar una terapéutica para los males del mundo, sino también a pensar en términos inclusivos, especialmente en países como los de América Latina, que han recibido el golpe de crisis sucesivas. En ese sentido, Franchi dedicó sus últimas palabras al rol docente de la ciencia que el Dr. Charreau personificó en su derrotero por la enseñanza universitaria. “Inspiró vocaciones”, dijo la presidenta del CONICET. “Sus clases en la Universidad de Buenos Aires eran escuchadas con fervor. Fue ‘culpa’ suya que muchos jóvenes empezáramos a ver a la ciencia como un derecho humano y una herramienta que permite ejercer otros derechos, como la educación, la salud y la libertad de expresión.”

La ceremonia virtual contó con la presencia de más de 200 personas que escucharon a todos los oradores, felicitaron por escrito a los ganadores y aplaudieron la figura del Dr. Charreau. Antes de que la transmisión terminara, Albornoz recordó a la concurrencia que se realizará una ceremonia presencial no bien las autoridades lo permitan y que las entidades organizadoras ya están preparando las bases para convocar a la edición 2021 del premio.

Sobre el Dr. Charreau

Nacido en 1940, el Dr. Eduardo Charreau se doctoró en química en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Discípulo del Premio Nobel Bernardo Houssay y profesor de vasta trayectoria en la Universidad de Harvard, creó en el Instituto de Biología y Medicina Molecular (IBYME) un grupo de endocrinología molecular que realizó diversas y exitosas investigaciones. Escribió centenares de artículos de alto impacto en las más importantes publicaciones internacionales y fue distinguido por los gobiernos de Francia y Brasil, entre otras naciones. Su tarea como presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) entre 2002 y 2008 fue fundamental en la reconstrucción y el fortalecimiento del sistema científico argentino tras el colapso económico y social que sacudió al país en 2001. Al momento de su muerte, ocurrida en 2019, integraba el Grupo Científico Asesor del OCTS.

Sobre los Dres. Savino, Rabinovich y Fernández Cirelli

Wilson Savino: biólogo brasileño. Se graduó en ciencias biológicas en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (1974). Obtuvo una maestría en histología y embriología en la Universidad Federal de Río de Janeiro (1979) y un doctorado en biología celular y de tejidos en la Universidad de São Paulo (1982). También desarrolló una capacitación posdoctoral en inmunología celular en el Hospital Necker, París (1983-1985). Es investigador completo y coordinador de estrategias para la integración nacional en la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz). Es miembro de pleno derecho de la Academia Brasileña de Ciencias y de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS). Ha sido galardonado con los títulos de Investigador de clase 1A en el Consejo de Investigación de Brasil (CNPq) e Investigador del Estado de Río de Janeiro para Apoyo a la Investigación (Faperj). Es editor en jefe de la revista NeuroImmunoModulation, editor asociado de Nutritional Immunology (una especialidad de Frontiers in Immunology and Nutrition) y coordinador del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología en Neuroinmunomodulación, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil. Recibió varios premios, entre ellos el título de Caballero de la Orden de las Palmas Académicas del gobierno francés y la Medalla Luis Federico Leloir del gobierno argentino. EN 2019 fue galardonado con el título de doctor honoris causa en la Universidad de la Sorbona.

Gabriel Adrián Rabinovich: bioquímico argentino. Doctor en ciencias químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y profesor titular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se desempeña como director de los Laboratorios de Inmunopatología y Onco-Inmunología Traslacional en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME). A lo largo de su carrera, el Dr. Rabinovich se ha enfocado al estudio de los mecanismos de escape tumoral y de regulación de la respuesta inflamatoria. Con su equipo, descubrió las funciones de proteínas involucradas en la regulación de estos mecanismos, denominadas galectinas, que juegan un papel central en la biología tumoral y de enfermedades autoinmunes (esclerosis múltiple, artritis reumatoidea), abriendo así un muy interesante capítulo de la glicobiología que ocupa la atención de importantes grupos de investigación de Argentina y del exterior. Sus estudios se ven reflejados en alrededor de 250 publicaciones en revistas internacionales del mejor nivel, entre ellas CellNature, Nature MedicineNature Immunology y Cancer Cell. En 2016 fue nombrado miembro asociado extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y en 2017 miembro de la Academia Latinoamericana de Ciencias y ha recibido múltiples premios, incluidos el Investigador de la Nación Argentina, el Premio TWAS, el Premio Bunge y Born a la Trayectoria y el Premio Konex.

Alicia Fernández Cirelli: doctora en ciencias químicas, profesora titular plenaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Investigadora Superior del CONICET. Dirige el Instituto de Investigaciones en Producción Animal (INPA-UBA-CONICET) y el Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (CETA, Instituto de la UBA). Dirige la maestría en gestion del agua de la UBA y coordina el Comité Académico de Aguas de la Asociación Universidades Grupo Montevideo (AUGM). Ha sido secretaria de ciencia y técnica de la UBA, directora de la Cátedra B. Houssay de la UBA, profesora del Master Aigua de la Universidad de Barcelona y secretaria adjunta del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), entre otras posiciones destacadas. Ha recibido distinciones y premios, como el Premio Mercosur, en la categoría Integración en 2011. Ha dirigido y dirige proyectos nacionales e internacionales de investigación. Publicó más de 150 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales, 40 libros y 65 capítulos de libros. Ha contribuido notablemente a la formación de recursos humanos de posgrado, fundamentalmente de doctorado y posdoctorado.