Se realizó en Buenos Aires el Seminario de Diplomacia Científica en el Mercosur
Con el propósito de generar un espacio para la construcción de una estrategia conjunta que ayude a integrar la ciencia y la tecnología de los países de la región, el 3 y el 4 de agosto se llevó a cabo el Seminario de Diplomacia Científica en el Mercosur.
La reunión -realizada en el Centro Cultural de la Ciencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCYT) y coorganizada por esa cartera y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI)- posibilitó el encuentro de funcionarios, diplomáticos, investigadores y empresarios de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y España, quienes compartieron ideas sobre la necesidad de articular esfuerzos y recursos en un contexto global cada vez demandante, caracterizado por la transformación digital, la economía del conocimiento, el auge del desarrollo tecnológico, el cambio climático, la generación de valor agregado y la transferencia de tecnología, entre otros factores destacados.
Participaron delegaciones de los cuatro países miembros del Mercosur, que estuvieron personificados por representantes del MINCYT y la Cancillería Argentina (MRECIC), el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) y el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) de Brasil, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) de Paraguay, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y Ministerio de Relaciones Exteriores (MRRE) de Uruguay. También formaron parte del encuentro funcionarios de programas regionales, redes de científicos, institutos universitarios y centros de investigación, entre ellos la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Además, fueron invitados al seminario Imma Aguilar Nàcher, directora general en Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT)
de España); Bhaskar Balakrishnan, ex embajador de la República de la India ante Grecia y Cuba; y Pedro Figueroa, presidente de la Red de Diplomacia Científica en Latinoamérica y El Caribe (DiploCientífica).
La apertura contó con la presencia de Daniel Filmus, ministro de ciencia, tecnología e Innovación, quien enfatizó que “ninguna perspectiva de desarrollo en ciencia y tecnología es posible sin la integración del trabajo de los países”. Filmus destacó, además, que “los Estados deben tener un papel central en estos procesos, no sólo en materia de inversión, sino también en la orientación de las políticas a través de vectores estratégicos que posibiliten una transferencia que mejore la producción y la vida de las personas”.
Luis Scasso, director de la Oficina de OEI en Argentina, coincidió en que el rol de los gobiernos “es fundamental, ya que en América Latina el esfuerzo principal en ciencia y tecnología es realizado por el sector público” y agregó que la región cuenta con una ventaja inestimable en sus lenguas compartidas, el español y portugués, que facilitan el intercambio y podrían verse reforzadas a través de la diplomacia científica. Karina Pombo, directora nacional de promoción de la política científica y asuntos internacionales de MINCYT, subrayó la importancia del seminario -en tanto actividad inédita en la región- y declaró que, aunque destinadas a las naciones del Mercosur, las iniciativas surgidas del encuentro podrían proyectarse a América Latina en un futuro cercano.
Durante los dos días de reunión, los participantes de los paneles debatieron sobre las experiencias ya realizadas en el ámbito iberoamericano, los casos de éxito, el rol de los asesores científicos para propiciar la diplomacia, la plataforma que las universidades y los ministerios de ciencia pueden ofrecer para que los intercambios se articulen de manera fluida, la diáspora de investigadores a otras regiones del mundo, la posibilidad de armonizar acciones intersectoriales y buscar puntos comunes de interés entre los objetivos de política exterior de los distintos países, entre otros aspectos.
Hubo un consenso general acerca de la necesidad de sistematizar las acciones, ya que sobran los ejemplos de lazos particulares de cooperación entre individuos y gobiernos entre las naciones de Mercosur, y reconducirlas hacia una diplomacia explícita, que derive en proyectos formales que beneficien a todas las partes involucradas y potencien el crecimiento ya consolidado a nivel nacional. Para lograr esto último, se hizo foco en las diferentes definiciones que los especialistas de cada país utilizan a la hora de considerar qué es y para qué, efectivamente, la diplomacia científica. Paulo Roberto Certo Fernandes Afonso, coordinador general de cooperación multilateral sustituto del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) de Brasil, dijo que en su ámbito se habla en específico de “diplomacia de la innovación”, con el propósito de acrecentar la promoción de los conocimientos y productos generados por actores brasileros en la frontera tecnológica. De acuerdo con José Carlos Silvestre Fernandes, subjefe de la división de ciencia, tecnología e innovación del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) de ese país, reorientar la diplomacia hacia la innovación permitiría incluir el aspecto de competitividad y reforzar las aristas más atractivas de la región en el escenario internacional.
A modo de cierre, Pombo resaltó la trascendencia del encuentro, su novedad y sus posibilidades a corto y mediano plazo, e invitó a todos los participantes a continuar avanzando para incluir en el debate a actores de los demás países latinoamericanos.