La neurodiversidad, la inclusión y la equidad en la infancia fueron el foco de una nueva edición de «Reflexiones en Red»

¿Qué es la neurodiversidad y qué efectos puede tener sobre la inclusión educativa? ¿Cómo se está trabajando en Iberoamérica para lograr la inclusión efectiva? El pasado 6 de junio, expertas y expertos de la región analizaron estas cuestiones en ‘Reflexiones en Red’, un espacio de intercambio impulsado por la Red Iberoamericana para las Administraciones Públicas de Primera Infancia, que apoya la OEI.

El evento, realizado de manera online, comenzó con la intervención Tamara Diaz, directora de Educación de OEI, quien agradeció la presencia de las representaciones de las administraciones públicas de Primera Infancia y la participación de la experta Ayola Palacios Cuesta; así como de Ana Amor, coordinadora de la Red Iberoamericana de Administración Públicas para la Primera Infancia.

Ayola Palacios Cuesta es terapeuta ocupacional y está especializada en autismo y psicosis infantiles. Es también la fundadora del centro “7 Sentidos” de Medellín, Colombia. En su exposición insistió en la importancia de ofrecer una educación individualiza que no aspire simplemente a “normalizar” el comportamiento de los alumnos y alumnas neurodiversos. Por tanto, “el derecho a acceder a la educación debe estar acompañado del derecho a fomentar y respetar el derecho a la singularidad”, apuntó. De hecho, continuó, «si bien la enseñanza diferenciada ayuda al alumnado que presenta algún trastorno en el desarrollo o que se está criando en entornos adversos, también beneficia al resto de niños y niñas».

La experta destacó que en el regreso a las escuelas tras la pandemia, “está siendo crucial trabajar en la regulación emocional de los niños y niñas”, ya que “lograrán canalizar los estímulos percibidos en el aula y establecer relaciones seguras con su entorno”. Para la especialista es importante reforzar esta cuestión, puesto que entre el 5% y el 16% del alumnado presenta síntomas de trastorno del procesamiento sensorial.

Por su parte, Daniel Alejandro Crespo Álvarez, subsecretario de Educación Especializada e Inclusiva del Ministerio de Educación de Ecuador, aterrizó la experiencia ecuatoriana de las políticas públicas dirigidas a la inclusión educativa. Así, resaltó la importancia de promover la cultura de la inclusión y la necesidad de articular a los diversos actores que conforman no solo la comunidad escolar, sino la comunidad educativa.

En Ecuador, comentó el experto, “se está trabajando desde las instituciones públicas para incluir de manera eficiente al alumnado neurodivergente en la educación ordinaria”. “El objetivo es que quienes tengan necesidades especiales, no tengan que enfrentarse a barreras insalvables en el ámbito educativo, a lo que hay que sumar el de recuperar y nivelar aprendizajes tras la pandemia”.

Finalmente, las doctoras Evy Lerner de la Dirección Nacional de Educación Inicial Encargada y Kiria D. Kant López, directora nacional de Educación Especial, ambas integradas en el Ministerio de Educación de Panamá (MEDUCA), expusieron la experiencia de este país. “Se está trabajando en un cambio de abordaje de las diversidades: dejar atrás el enfoque exclusivamente clínico para poder atender a los niños y niñas desde un enfoque también pedagógico y social”, comentaron.

Panamá cuenta con el Instituto Panameño de Habilitación Especial, que desde hace más de 4 décadas atiende a estudiantes con neurodiversidad. Asimismo, la atención a la neurodiversidad en el país es intersectorial, puesto que existe una afianzada alianza entre los servicios médicos y educativos para detectar y atender de forma gratuita a los niños y niñas que presenten trastornos. Con el objetivo de también ofrecer herramientas a las familias de estos menores, han creado el programa de televisión “Actívate en Casa”.