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Área Educación y ETP · Educación superior y ciencia
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Programas más cortos y flexibles y una mayor pedagogía en la educación virtual: así deberá ser la universidad iberoamericana del futuro

Programas más cortos y flexibles y una mayor pedagogía en la educación virtual: así deberá ser la universidad iberoamericana del futuro

Es una de las principales conclusiones que se desprenden del 'Informe diagnóstico sobre la educación superior y ciencia post COVID-19 en Iberoamérica', que se ha presentado hoy en la Casa de América en Madrid.

¿Cómo ha afectado la pandemia a las universidades de Iberoamérica? ¿Cómo ha impulsado el coronavirus la ciencia en la región? La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con el apoyo de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, ha dado respuesta a estas preguntas en el Informe diagnóstico sobre la educación superior y ciencia post covid-19 en Iberoamérica. Perspectivas y desafíos de futuro 2022.

El informe se ha presentado esta mañana en la Casa de América de Madrid, con la participación de Mariano Jabonero, secretario general de la OEI; Enrique Ojeda, director general de Casa de América; Gonzalo Arévalo Nieto, director general de Planificación de la Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación de España; María Jimena Durán, ejecutiva senior de CAF; Ricardo Mairal Usón, rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de manera virtual, Francesc Pedró, director de IESALC-Unesco.

Educación superior y ciencia antes del Covid-19

Según el estudio, antes de la pandemia hubo un crecimiento de la oferta universitaria en la región, con una matriculación por encima de la media global, así como de títulos de doctorados. Por su parte, en materia de movilidad académica, América Latina y el Caribe era una de las regiones con menores tasas movilidad internacional: solo el 3,5 % de las movilidades fueron hacia estos países.

El estudio pone de manifiesto que hasta 2019 no se había valorado el bache tecnológico en Iberoamérica, una región en donde el desarrollo del ecosistema digital era de 50/100, al tiempo que presentaba bajas competencias tecnológicas y desigual financiamiento entre países. Asimismo, en materia de investigación, se evidencia un crecimiento del 74 % de las publicaciones en el periodo 2010-2019, sin embargo, la posesión de un doctorado no era la regla entre investigadores iberoamericanos, con un porcentaje inferior al 40 %.

Universidades, clave para los gobiernos

El estudio analiza cómo las universidades de la región enfrentaron la pandemia y cómo se constituyeron en “actores clave” para apoyar a los gobiernos en la ejecución de planes de contención epidemiológica, de acuerdo con Mónica Marquina, investigadora principal del estudio, durante la presentación.

Asimismo, uno de los principales hallazgos apunta a que las universidades continuaron sus actividades a distancia a expensas de los esfuerzos individuales de los estudiantes y docentes y no por las medidas estatales, al tiempo que establece que las universidades demostraron capacidad de gestión eficiente por medio de la reorientación de su financiamiento interno.

El estudio señala que hoy la internacionalización es un ámbito más relevante para las universidades, ya que pudieron consolidar la movilidad en modo virtual con éxito y se reforzaron las redes de cooperación internacional. “Nunca antes ha habido un trabajo tan articulado en la región”, ha indicado Marquina.

El informe advierte que las investigaciones que no han sido sobre COVID-19 han quedado congeladas y puede que cuenten con restricciones para su continuidad. Asimismo, destaca que los docentes no recibieron refuerzos salariales y que la distribución de recursos tecnológicos en la región fue diversa y desigual. “La pandemia puso de manifiesto la poca democratización del acceso al conocimiento”, señala el informe.

Propuestas para la universidad del futuro

La publicación cierra con una serie de recomendaciones de políticas públicas para reforzar la educación superior de aquí en adelante. Para Mariano Jabonero, secretario general de la OEI, “cada vez habrá menos jóvenes en la región, quienes son los usuarios de la educación superior, y por eso, ante el proceso de transformación digital que vive Iberoamérica, es el momento oportuno para reformular nuestras universidades”.

Así, una de las propuestas consiste en que tanto las universidades como los gobiernos y las empresas estimulen los programas cortos y de formación profesional de 2 o 3 años, con mayor flexibilidad y atención a las características personales del alumno. Por otro lado, las instituciones deben convertirse en “centros para el emprendimiento e innovación” que fomenten redes y nodos para compartir saberes y experiencias.

Otra recomendación apunta a fortalecer y diversificar los sistemas de aseguramiento de la calidad, entre ellas las realizadas por agencias externas e independientes que no solo acrediten los programas regulares sino también los de la educación virtual y remota.

Las universidades deberán entender que “es la pedagogía y no la tecnología la que hace exitosa la virtualidad educativa”, señala el informe. Por último, se subraya la necesidad de elevar la calidad de las revistas regionales para que cumplan con indicadores internacionales, así como fomentar las revistas multilingües en español, portugués e inglés que faciliten una circulación mucho más amplia del conocimiento generado por los investigadores de la región.

Durante la presentación, el experto Esteve Almirall, de la Universidad ESADE, puso el foco en el metaverso y su incursión en las universidades iberoamericanas. De acuerdo con Almirall una de las ventajas de esta tecnología es que es 4 veces más eficiente, y se percibe que los alumnos están 275 % más dispuestos en aplicar los aprendizajes y 3 veces más conectados emocionalmente. Para el experto, la inclusión del metaverso en Iberoamérica no es algo lejano, sin embargo, “hasta que no tengamos capacidades tecnológicas y no se invierta más del PIB de nuestros países en ciencia y tecnología no tendremos metaverso”, ha afirmado.

También participaron en mesas de análisis los expertos José Armando Tavárez, director general del Centro de Tecnología y Educación Permanente TEP-INICIA de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM); Elsa María Moquete Cruz, directora de Internacionalización de la Universidad APEC (UNAPEC); Julio Sánchez Maríñez, rector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC); Walter Lendor, vicerrector de Desarrollo Institucional, Aseguramiento de la Calidad y Proyectos de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU); Odile Camilo, rectora de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y Otto Granados, presidente del Consejo Asesor de la OEI.