Aprender a regular nuestras emociones incide en la toma de mejores decisiones: Rafael Bisquerra
El especialista destacó la importancia de la educación y las habilidades emocionales para el desarrollo de competencias sociales y el bienestar, en una conferencia magistral impartida ante estudiantes de la Universidad Rosario Castellanos de la Ciudad de México.
En el marco del Ciclo de Webinar: Alfabetización Emocional y del Ciclo de entrevistas: Educación y alfabetización socioemocional organizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Rafael Bisquerra, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB), catedrático emérito de la Universidad de Barcelona y Doctor en Ciencias de la Educación, impartió la conferencia magistral “Educación emocional y salud mental” en las instalaciones de la Universidad Rosario Castellanos de la Ciudad de México.
Dirigida a estudiantes de las licenciaturas en Ciencias Sociales y Humanidades de dicha casa de estudios, así como al público en general interesado, la conferencia inició con una bienvenida por parte de las autoridades presentes, la Mtra. Patricia Aldana Maldonado, representante permanente en México de la OEI; el Dr. Jaime Eduardo Pérez Estrada, responsable del programa de Universidad Saludable; y la Mtra. Araceli Saro Vargas, responsable de la Unidad de Cultura de Paz, equidad e Igualdad de Género de esa Universidad.
Araceli Saro inauguró los trabajos de la Conferencia, dando la bienvenida al Dr. Bisquerra, en el que destacó la importancia de las temáticas por abordar para la formación de las y los estudiantes, participantes. Por su parte, Jaime Pérez, puntualizó que para la “Universidad es de vital importancia reconocer las eventualidades e incidencias que ocurren dentro de la Institución y entre sus miembros”, por lo que celebró el desarrollo de la actividad y dejó las puertas abiertas para continuar sumando esfuerzos.
En su oportunidad, Patricia Aldana realizó una breve presentación de la Organización ante las personas asistentes, destacando las acciones realizadas en los ámbitos de la educación, la ciencia y la cultura, así como las enmarcadas en Derechos Humanos. Asimismo, enfatizó que, como OEI: “lo que buscamos es promover una educación inclusiva, equitativa y de calidad”. .
Al inicio de su conferencia magistral, Rafael Bisquerra, hizo referencia a los impactos de la pandemia por COVID-19 en la salud mental y, muy particularmente, en el incremento de trastornos emocionales. Mencionó que derivado de la situación sanitaria, se triplicaron los casos a nivel mundial de personas que padecen de estrés, ansiedad, burn out, entre otras situaciones, las cuales han generado una preocupación mundial, sobre todo por presentarse a partir de etapas de vida iniciales como lo es la juventud.
Manifestó que el consumo de drogas se debe, en primera instancia, al estado emocional de las personas, puesto que este acto se realiza para modificarlo, aunque esto implique un riesgo no solo para su economía, sino también para su salud. Asimismo, afirmó que todos los sistemas educativos deberían de incluir dentro de sus programas de estudio la capacidad para regular emociones como la ira a modo de estrategia para disminuir la violencia.
En este punto, señaló que el enfoque médico para la atención de la salud emocional y mental es insuficiente, “más bien se requiere un modelo educativo basado en la formación, el desarrollo de competencias y evaluación, que sea proactivo, preventivo, grupal, dirigido a todas las personas, necesario y que provoque una transformación y cambio social”. Puntualizó que la educación emocional debe concebirse como esencial y parte de la formación curricular; y así también, complementaria a los procesos psicoterapéuticos, además de aquellas acciones de autocuidado como lo es alimentarse adecuadamente, descansar y ejercitarse.
Presentó el Modelo de competencias emocionales propuesto por especialistas de la RIEEB, que está compuesto por cinco aspectos clave: la consciencia emocional (capacidad de percibir, distinguir e identificar las emociones); la regulación emocional (capacidad para intensificar, atenuar, abarcar y transformar las emociones); la autonomía emocional (conformada por el autoconocimiento que es la construcción de un autoconcepto a partir de una autoimagen que con autoaceptación permite la construcción de la autoestima con autoconfianza, para la automotivación y la autorrealización); las competencias sociales; y que al formarse o fortalecerse en su conjunto, derivan en el quinto elemento, relativo al desarrollo de aquellas habilidades para la vida, el bienestar y una mejor toma de decisiones.
A partir del modelo educativo propuesto, el ponente realizó algunas dinámicas con los asistentes, motivándolos a identificar las habilidades sociales primarias, entre las cuales, se hizo mención de la empatía, la comunicación asertiva, la solidaridad y la capacidad de escuchar. Respecto de esta última, Rafael Bisquerra la reconoció entre las más importantes, y destacó el reto e importancia de aprender a escuchar con atención y en silencio.
Entre otros temas, el experto internacional planteó que la educación emocional también es una acción comunitaria, innovadora y necesaria, pero aún desconocida y poco implementada en los distintos espacios de formación y educación. Por ello, invitó a los estudiantes y público en general a continuar capacitándose y poner en práctica sus herramientas.
El desarrollo de la Conferencia concluyó con un espacio de diálogo entre el público y el ponente, además de otorgar un reconocimiento en nombre de la Dra. Alma Herrera Márquez, directora General de la Universidad Rosario Castellano, como una muestra de agradecimiento ante la generosidad, profesionalismo y excelencia de un referente internacional en la educación emocional, como lo es Rafael Bisquerra.
La realización de este evento representa el arranque de las acciones por emprender conjuntamente entre la OEI y la Universidad Rosario Castellanos, enmarcadas en un Acuerdo de Colaboración Interinstitucional, y de la voluntad compartida por contribuir en el desarrollo y bienestar integral de las y los universitarios.