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La educación por competencias se impone en los planes de estudio de las aulas iberoamericanas

Es una de las principales conclusiones que se desprende del informe Miradas 2020 - Competencias para el siglo XXI en Iberoamérica, que ha presentado este viernes en Lisboa y realizado por la OEI.

Miradas 2020, un análisis que proporciona datos sobre cómo se están definiendo y aplicando las competencias definidas para el siglo XXI en Iberoamérica, cómo las reflejan los países en sus leyes y cómo se considera la aplicación de la educación basada en las competencias en relación con el plan de estudios, la evaluación, la organización escolar y la formación de profesores.

Entre las principales conclusiones del estudio destacan:

  • En la legislación de los países iberoamericanos se observa una tendencia creciente hacia la adopción de una agenda educativa compartida, alineada con las propuestas de los principales organismos internacionales como la UNESCO, la OEI, la OCDE, etc.
  • Los países de la región tienen una legislación orientada a la educación por competencias, aunque la terminología y el grado de impulso a través de otras medidas no son los mismos en todos los países.
  • La mayoría de los países de la región iberoamericana incorpora a sus sistemas educativos un lenguaje orientado a los resultados que va más allá de la mera transmisión/adquisición de conocimientos.
  • La mayoría de los países de la región organiza, al menos parcialmente, sus planes de estudios por competencias, haciendo especial hincapié en aptitudes como la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la adopción de decisiones y el trabajo en equipo.
  • La mayoría de los países iberoamericanos cuenta con sólidos sistemas de formación docente inicial y en servicio, con diferentes grados de referencia para la incorporación de competencias globales y digitales.
  • El reto de la educación basada en las competencias no está en la confrontación entre los conocimientos y las aptitudes, sino en la necesidad de elegir qué conocimientos y aptitudes es esencial promover en la escuela y cuándo hacerlo.
  • Los países iberoamericanos están haciendo un gran esfuerzo para orientar sus sistemas educativos hacia un enfoque basado en las competencias que permita avanzar hacia una educación de calidad y equitativa para todos.

Durante la presentación del informe este viernes en Lisboa, el ministro de Educación portugués, Tiago Brandão Rodrigues, subrayó la pertinencia de situar las competencias en el centro de este estudio, ya que han influido en las estrategias educativas adoptadas por los distintos países. Brandão también recordó que «el desarrollo de las habilidades digitales es absolutamente indispensable para el éxito y la equidad en nuestras comunidades educativas. Es esta elección la que nos permite añadir comunidad, conocernos más profundamente y decidir mejores políticas públicas. Por eso, esta elección de desarrollar habilidades fue, es y será una elección crucial. Una elección que Portugal celebra, acompaña y promueve».

Por su parte, el secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, señaló que la relevancia de esta edición del informe se debe a que este es el último antes de la conclusión del Programa Metas 2021, aprobado por la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en 2010, para abordar un tema —competencias para el siglo XXI— que se ha convertido en una prioridad en los sistemas educativos de los países iberoamericanos. También destacó el valor de contar con la participación activa de todos los ministerios de Educación de los países iberoamericanos, en particular de Portugal, que, en sus palabras, es un «país que ha alcanzado una posición de liderazgo mundial por sus altos niveles de calidad, equidad e inclusión«.

Uno de los coautores del estudio, Carlos Magro, subrayó que «las competencias siempre están vinculadas al conocimiento y al contexto; sin contexto la competencia está vacía«. Además, mencionó que el estudio identificó cuatro problemas: 1. la débil definición conceptual; 2. la ausencia de un fundamento psicopedagógico; 3. la insuficiencia de las transformaciones institucionales necesarias; y 4. la ausencia de voz y opinión de los profesores. Carlos Magro concluyó que «la Covid-19 puso en crisis los planes de estudio establecidos y nos obligó a cuestionarnos, una vez más, sobre el aprendizaje que debemos promover y priorizar en las escuelas».

Por su parte, José Augusto Pacheco, otro de los coautores, dijo que: «Miradas 2020 es una investigación a través de la cual navegamos por las políticas educativas nacionales. A partir de la diversidad de experiencias se pretende captar los aspectos comunes y singulares que pueden contribuir a mejorar la enseñanza obligatoria, cada vez más esencial para el dominio de las aptitudes que permiten a los niños y jóvenes vivir en un mundo marcado por la incertidumbre».

Para concluir, y en opinión del director general de Estadísticas de Educación y Ciencia de Portugal, Nuno Neto Rodrigues, el estudio Miradas 2020 de la OEI revela el «compromiso colectivo en la promoción e implementación de una educación de calidad y equidad».

La educación por habilidades

Las aptitudes para el siglo XXI implican un enfoque en el que se valora no sólo la adquisición de conocimientos, sino también la capacidad de utilizar esos conocimientos en los contextos más variados. Esta perspectiva presupone cambios metodológicos, capacitación y directrices específicas.

No se trata tanto de capacitar a los niños y jóvenes para que se adapten a un modelo, sino de comprender que la escuela puede y debe proporcionar la base para que las personas puedan tomar decisiones bien fundadas y convertirse en ciudadanos activos, participativos, informados y críticos en los diversos contextos de la vida. En resumen, no se puede ser competente sin conocimiento, pero el conocimiento por sí solo no hace a las personas competentes.

La OEI promueve la educación para la adquisición de aptitudes como condición para garantizar más y mejores oportunidades de aprendizaje permanente, así como para construir comunidades más cohesionadas, desarrolladas y capacitadas.

En Iberoamérica, la organización ha desarrollado un marco para la gestión y la formulación de propuestas de acción, identificando las competencias necesarias para hacer frente a las incertidumbres del siglo XXI y desarrollar la capacidad de aprendizaje permanente.

 

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