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De vivir en la calle a profesor. Cómo la formación profesional le cambió la vida a Roger

De vivir en la calle a profesor. Cómo la formación profesional le cambió la vida a Roger

La Mesa de Educación y Trabajo viene trabajando hace un tiempo temáticas referidas a la educación formal, y el trabajo. De la mesa participan todos los actores vinculantes del mundo educativo laboral, desde empresas, hasta sindicatos y personalidades de la educación.

A raíz de esto, llegamos a Roger un hombre formado en uno de los Centros de Formación Profesional que nos cuenta su historia en primera persona, y como estos centros literalmente le dieron un mundo de oportunidades. En su caso particular el estudio y su vocación lo sacaron de la situación de calle. En la actualidad Trabaja en el Centro de Formación Laboral 403 de Luz y Fuerza en Provincia de Buenos Aires y el Centro de Formación Profesional 27 (CFP) en Capital Federal. Además de ejercer como electricista por cuenta propia, en sus ratos escribe libros, escribe poesías y escribo libros y está tratando de poner una verdulería. Aquí nos cuenta su historia. 

Cómo era su vida antes de acceder al centro:  

 “Yo trabajaba mucho en la parte rural como cuidador en zonas muy alejadas en el impenetrable chaqueño haciendo trabajos rurales, trabajo de golondrina como les llaman. Luego fui trabajando en las cosechas de naranja en Catamarca. El trabajo era en condiciones muy adversas por decirlo de alguna manera, pero era un trabajo de temporada”, dice Roger. “Tenía que buscar otra cosa que hacer entonces me dediqué a ladrillarías, cortando ladrillo, trabajé mucho con las comunidades bolivianas, la gente extranjera excelente fueron los que me abrieron la puerta. En general había mucha discriminación quizás por una persona que es barbuda, que a lo mejor no tiene otra opción.  Realmente fue una buena experiencia con ellos, especialmente en Córdoba”.  

“La situación de la gente rural y la gente que trabaja, por ejemplo, en cortar el ladrillo es una situación de gente que está generalmente pasajera, depende mucho del clima, no tiene un lugar propio donde vivir.  Pero el trabajo era muy duro, muy pesado. Yo tengo la cadera con una displasia que, por agacharme se fue aumentando, me duele mucho la pierna derecha. Entonces descansaba todo mi cuerpo prácticamente en la pierna izquierda. La situación de calle al estar como trabajo golondrina cuando se termina la relación laboral y uno no tiene un lugar donde vivir o no le alcanza para alquilar estás en situación de calle por más que estés trabajando”, explica Roger.  

Durante la entrevista nos cuenta la gran diferencia que hay con la gente en situación de calle del interior del país y la gente en situación de calle de Capital Federal

En la provincia de Córdoba estuve alojando en los hogares un tiempo, luego estuve en un hogar de Rosario, pero la situación no había forma que cambié. Una persona con esta situación de calle es prácticamente irrecuperable, porque es una persona que no se baña, no descansa bien, no se alimenta bien, cuando llegas conseguir trabajo, ¿a dónde vas? si podemos conseguir trabajo, salís del trabajo dormís en la calle. Los hogares son generalmente por tres meses, muy corto tiempo.  Entonces decidí caminar desde Rosario buscando una mejor fortuna y llegué a Ciudad de Buenos Aires, caminé más de 300 km, fue muy duro. En Buenos Aires hay muchos más recursos que otros lugares, por ejemplo, hay más comedores, hay más hogares es muy diferente, en la Ciudad de Buenos Aires si te podés recuperar, en el interior no te podés recuperar es muy corto el tiempo. 

Roger resalta la calidad del Centro 27 y como estudiar era su incentivo para salir adelante: 

“Llegué la zona de Flores y una señora de un comedor me manda hablar con una persona del hogar de la Iglesia de la Plaza Flores. Yo estaba viendo lo que podía estudiar, decidí estudiar electricidad, había conseguido anotarme a la vuelta del Centro 27 en una escuela en horario nocturno”.  

“Me quedaba alejado entonces voy directamente a la gerencia de hogares a hablar con el director de ese momento, y consigo un traslado del hogar de Flores al Hogar Félix Lora que está en Paseo Colón e Independencia. Yo estaba estudiando electricidad, pero para adultos mayores o sea el nivel educativo era bajo, pero curso todo ese año. Me dan el papel que decía que había aprobado el primer año. Me voy al Centro 27 donde daban muy buenos cursos de electricidad, y consigo que en el Centro 27 me anoté para hacer electricidad industrial”.  

“Lo daba el actual Regente López que se sorprendía porque veía que yo podía comprenderlo más allá que todos mis compañeros venían de colegio técnico, yo venía con bachiller. Mi objetivo era poder tratar de llegar al COPIME al Consejo de Ingeniería Mecánica y obtener la matrícula para poder trabajar de electricista yo veía que me faltaba mucha información y estudio”.  

Ese año terminó los dos cursos electricidad para adultos mayores en la escuela Valentín Gómez y el curso del Centro 27 de electricidad industrial. “Cuando termino me anoto para hacer el curso de montador electricista y el de instalador electricista, que son dos cursos juntos.  Mientras seguía viviendo en el hogar Félix Lora y tenía un permiso acotado apenas para llegar a cierto horario por eso terminaba y tenía que salir disparando. Lo único que hacía prácticamente era estudiar «expresó. 

“El curso de montador del Centro 27 es excelente, el curso tiene más de 50 prácticas anuales de todo tipo, se destaca por el hecho de que tiene mucha cantidad y variedad de material didáctico y de material para trabajo Práctico.  Ellos habían participado con otros Centros de Formación Profesional en la idea de unificar con Profesores de Capital y Provincia así decidían en conjunto: los temas, la teoría, la práctica que se le debería dar a los alumnos. La parte de montaje la apruebo, paso al segundo curso a partir del invierno del 2018 empiezo el curso de Instalador”.  

“Justo para mi cumpleaños me envían un correo electrónico de COPIME que me presente para rendir el examen, me presento y apruebo. ¡La alegría que yo tenía!, ya con el registro podía conseguir una fuente laboral.  Cuando me fui a sacar la foto del carnet, el registro, no podía para de llorar.  Me quedaba la cuenta pendiente de terminar el curso de instalador en el Centro 27, terminó aprobando el curso y salí mejor alumno. Luego me pidieron contar mi historia como mensaje en la fiesta donde nos iban a dar los certificados.  Yo había preparado con mucha emoción un mensaje, estaban todos en la fiesta, los directivos del centro, los alumnos, los colegas, y también estaba la gente el sindicato. Ese día hablé de una persona en situación de calle, que tenía las puertas cerradas, que buscaba estudiar, que luego había aprobado, hablada de mí. El mensaje fue tan impactante, estaban todos callados era muy impresionante”. 

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Dar clases una oportunidad imprevista: luego de tanto esfuerzo comienza a ver los frutos, entre ellos se presenta una propuesta impensada. 

“El ex director del Centro 27 me preguntó si en realidad había aprobado el COPIME, le respondí que sí. Y me dijo: mirá quiero formes parte de nuestro equipo. Pero primero como profesor aprendiz.  Al exdirector lo convence que una persona que da un discurso que puede conmover a la gente y que tiene estudios es una persona competente para dar clase. Cuando se entera mi otro profesor Julio Casal del Centro 16 AYSA me recomienda que haga el curso de instructor. Me anoto para hacerlo en Docentes Argentinos en a Unión de Docentes Argentinos”. 

El subdirector de cultura Marcelo Ripoll quería diera clases en La Matanza, yo aún nunca había dado clases, pero voy.  Los alumnos de electricidad por lo general son gente que viene con estudios técnicos, técnicos electrónicos o técnico industrial, son recibidos colegios industriales con diferentes temáticas, pero todos muy cercanos. Estaba nervioso, lo que tiene la provincia es que ellos tenían una parte del equipo era muy técnico y, por otro lado, había gente que a lo mejor tenía tercer año de la secundaria e inclusive algunas apenas habían terminado la primaria, había que juntarlos a todos y hacer que los que saben ayuden a los que no saben. 

Volver a la situación de calle… por un tiempo. Roger nos explica el motivo por el cual aun teniendo trabajo volvió a vivir en la calle.

El tema es que consigo trabajo, o sea, yo estaba dando clase en la Provincia antes que en Capital. No tenía dinero para hacerlo imagínense, el exdirector y el actual director del regente me prestaron dinero personal para que viajar pueda comer y para que pueda dar clase en la Provincia. El hogar Félix Lora, por el tema del horario de retorno, no me daban permiso para trabajar. Cuando se empieza a trabajar en la función pública hay que esperar entre cinco y seis meses para cobrar.  No había dinero, no podía alquilar, yo iba a enseñar y dormía en la calle 

Yo me quedaba en la ficha de los alumnos, fotocopia de documento, asistencia, contenidos de clase y no lo podía perder, dormía en los transportes. Otro lugar donde dormía era en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo a la facultad entraba con los alumnos, comía en el bar de la facultad. Esto lo mantenía en secreto. Me daba vergüenza decirlo, además me daba miedo perder el trabajo, y eso era lo peor que me podía pasar. Pero hasta el momento el dinero no me alcanzaba. Yo me afeitaba en cualquier lugar. Otro lugar donde me trataron muy bien fue en UBA Sociales, les agradezco mucho permitirme ingresar. Mandaba la ropa al lavadero en pequeñas cantidades.  

Todo cambio cuando cobré todo junto, ahí ya se pude alquilar aguante todos esos meses sin pedir ayuda. Actualmente alquilo en una pensión en la zona de Floresta, es sencillo, cómodo, tranquilo, esta es mi base no es muy grande la habitación que tengo, pero puedo dar clases virtuales, compré un proyector, compré una computadora notebook. Para mí es una satisfacción poder tratar de ayudar a los demás es algo venía planificando, le época en situación de calle fue también de planificación.  

Dar clases según sus palabras es más de lo que imaginaba. Además, Roger nos cuenta la importancia de la Formación Profesional

Es fenomenal pero lo que más me gusta es dar la clase presencial, soy una persona muy motivadora en el sentido en la clase casi todas las clases terminan con el aplauso. A mis alumnos le pregunto si entiende un tema en particular si pueden pasar al frente explicarles todos los compañeros, eso generó entre los alumnos un compañerismo, una unidad muy fuerte porque aquel que no sabía mucho le tomó estima al que le estaba explicando.  Siempre trato de motivar con aplausos.  Logré eso que todo sea una sola unidad, que todos ayuden. Es muy dichoso.  

Sí para una Tecnicatura, por ejemplo, yo soy profesor de electricidad y uno de los temas que doy en el último módulo se llama proyecto instalaciones eléctricas, y te puedo asegurar que muchos ingenieros hacen el curso porque no saben hacer un proyecto eléctrico. Esas personas prácticamente podrían hacer un curso dentro de formación laboral para poder hacer un Proyecto.

Escribir un libro para ayudar a la Formación Profesional, otro sueño cumplido, otra meta y nuevos desafíos.

Escribí un libro porque no hay un libro oficial que diga cuál es el contenido que tiene que dar el Centro de Formación, la idea también es unificar el contenido electricidad, son seis módulos, cuatro de ellos son pura y exclusivamente de electricidad. Entonces hice este libro donde se explica todos los temas que debería dar esto están concordancia con el INET y está en concordancia con lo que tenemos en los centros formación en capital y que recién este año se está implementando la Provincia también.  Si el alumno sabe leer escribir, sumar y restar te puedo asegurar que te va a entender cuando hablas un pasaje términos, te va a entender cuando hagas una división, le va a costar a lo mejor un poquito más. Deberá estudiar aparte, observar lo importante es dar la posibilidad a todos por igual.  Es increíble las cosas que aprendí de mis alumnos es algo muy importante.  

Mi opinión lo primero que tiene que existir es la parte habitacional, la ayuda de los hogares es muy importante y luego la parte formal académica, pero el hogar tiene trabajar en conjunto.  El hogar Félix Lora es uno de los hogares más importantes la Ciudad Buenos Aires, y cuando yo empecé a estudiar por iniciativa propia, ahí recién la asistente social le empezó a pedir a los internos, todos hombres, que el que no tenían primario que vayan a la escuela, que si les faltaba una materia del secundario que vayan y no debería ser así.  

Lo que falla es en la comunicación tenés que incentivar, o sea una persona que está en situación de calle es una persona que ha sufrido, tenés que hacer es lo mismo qué haces con un niño lo tenés que incentivar, lo tenés que aplaudir, ¿qué hiciste hoy? ¿qué aprendiste? ¿cómo te podemos ayudar? Yo estoy muy agradecido por toda la gente que me ayudó y creo que los hogares y los comedores tienen que promover, tiene que ayudar a que esa persona a que termine los estudios. Otro tema muy importante es el control de la adicción uno de los motivos por el cual la gente está en la calle son las adicciones eso limita.  Adiciones hay en todos los estratos sociales, pero cuando se llega a un extremo esa persona no la recuperas, solo lo lográs  a través de personas que sepan el tema cómo hacerlo. Yo logré salir.