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Reportaje a Eduardo Argañarás: “La ciudad se asoma, recordándonos que estamos inmersos en algo más grande…”

Reportaje a Eduardo Argañarás: “La ciudad se asoma, recordándonos que estamos inmersos en algo más grande…”

Con “Encuentro”, de Eduardo Argañarás, comienza la exhibición de los proyectos expositivos seleccionados en el marco de la Novena Convocatoria a Artistas Visuales que llevó a cabo el Espacio Cultural de la OEI en Argentina, entre los meses de febrero y abril de 2024.

 “La vida no es una jugarreta, amigo. La vida es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro en esta vida”; decía el poeta Vinicius de Moraes, en la “Samba de la bendición”. Se refería a la posibilidad y la habilidad de generar contextos que permitan la conversación, la contemplación, la celebración, el darse y el dar tiempos. Desde otro punto de partida, desde otra disciplina artística, Eduardo Argañarás propone el interior de algunos bares de Buenos Aires como el escenario donde se desafía a “tanto desencuentro en esta vida”.

“Encuentro” está compuesta por catorce dibujos realizados digitalmente, en blanco y negro, que representan situaciones en las que conviven los anhelos íntimos con los reclamos grupales, lo privado y lo público, el interior del bar y la calle que invade por la puerta o por los ventanales.

Diseñador gráfico e ilustrador independiente, Eduardo Argañarás escenifica momentos en los que conviven la reunión grupal, el diálogo y la espera en soledad.

¿Por qué elegiste un bar como geografía o escenario donde se producen esas ceremonias de encuentros?

“Son esos lugares donde confluyen lo público y lo íntimo, creando una experiencia sensorial única. Al entrar en uno de esos bares antiguos, uno se sumerge en una atmósfera envolvente que despierta todos los sentidos.

La gestualidad de la gente que nos rodea, los ruidos que se entremezclan, las conversaciones a medias que llegan a nuestros oídos, los olores que nos envuelven… Es todo un combo de estímulos que te sumergen en esos verdaderos santuarios de la experiencia sensorial.

Pero no solo es lo que ocurre dentro, sino también esa conexión con el exterior que ofrecen esos grandes ventanales. La ciudad se asoma, recordándonos que estamos inmersos en algo más grande, en esa vorágine urbana que late fuera. Es como si el bar fuera una ventana a ese mundo, un espacio de introspección y conexión con lo que nos rodea”.

Adentro; mozos que descubren pensamientos, jugadores de ajedrez, dos mujeres que dialogan, dos hombres que lo hacen, también, otros que festejan, otros que leen o esperan, un recuerdo que toca el hombro de alguien para sorprenderlo. Afuera; luces nocturnas que pasan veloces, un niño que espía, manifestaciones que reclaman, otros que pasan para transitar las oficinas, y otros que buscan sobrevivir como pueden en la ciudad.

En algunas de las obras que integran esta serie, los personajes están representados de una forma “realista”; mientras que en otras aparecen como “estilizados”, más parecidos a los personajes de “Rostros en medios”. ¿Por qué esa diferencia? ¿Fue intencional? ¿Casual?

“Bueno, déjame que te cuente un poco sobre mi proceso creativo. Es cierto que en esta serie hay dos momentos marcados. En un principio, las figuras tenían una gestualidad más expresiva, con trazos más enérgicos que venían de trabajos anteriores. Pero sabes, siempre estoy en busca de nuevas formas de expresarme, así que en las últimas obras el trazo se ha vuelto más realista, con más matices.

No hay una intención clara detrás de esto, es más bien una búsqueda constante. Si me quedara haciendo lo mismo una y otra vez, te aseguro que me aburriría. Ese no es mi estilo, yo soy más de desafiarme a mí mismo, de explorar nuevos caminos.

En resumen; sí, hay esos dos momentos diferenciados, pero todo forma parte de un proceso creativo en constante evolución. Cada obra es una nueva aventura, una oportunidad para crecer y sorprenderme a mí mismo. Y espero poder transmitir esa emoción a quienes disfrutan de mi trabajo”.

“Encuentro” es la segunda muestra de Eduardo Argañarás en el Espacio Cultural de la OEI. La primera se llamó “Rostros en medios” y tuvo lugar en marzo y abril de 2019. En aquella exposición, el artista mostraba una secuencia de figuras casi humanas, que estaban siendo asediadas por una incesante ofensiva de información escrita y visual.

¿Cómo eran las series “Rostros en medios” y “Muros que dicen, que presentaste anteriormente? ¿Cómo se fueron conformando? ¿Qué camino fueron haciendo?

“Cuando miro hacia atrás, siento una gran satisfacción por el camino recorrido. Aquellas dos series, representaron un momento importante en mi trayectoria artística, donde me propuse reflejar la forma en que las noticias y las prácticas de exclusión invaden nuestra mente y limitan nuestra capacidad de pensar libremente.

La primera serie, ‘Rostros en medios’, utilizaba abstracciones faciales creadas a partir de escaneos de texturas y recortes de diarios, buscando transmitir las emociones y tensiones generadas por la violencia, el abuso y el consumo que a menudo se presentan en los medios de comunicación. Era una forma de denunciar cómo estas imágenes se graban en nuestro subconsciente, dificultando nuestra habilidad para procesar la información de manera crítica.

La otra serie ‘Muros que dicen’, tenía la intención de mostrar gritos de ahogos. Existen un conjunto de prácticas, algunas ocultas y otras abiertas, donde nos muestra la exclusión del extranjero. En la obsesión en proteger lo propio se toman medidas proteccionistas y encubiertas que alejan a los ‘otros’ generando la rigidez que mostraban dichas figuras.

Y volviendo a la muestra que expongo hoy. Trato siempre de buscar temáticas que puedan formar una serie, que permitan contraer un relato, un hilo en el pensamiento del observador. En ese sentido sigo por el mismo camino. Sí cambió el estilo del dibujo, ya que uno siempre trata de buscar tanto temas nuevos, como modos nuevos de expresión y de representación”.

¿De aquellas series a “Encuentro”, además de una pandemia; qué hubo en el medio? ¿Ya estaba “Encuentro” en camino; o hubo alguna “estación intermedia”?

“Ésta es una serie que nació en plena pandemia, que comenzó a tomar forma durante esos tiempos difíciles, cuando los encuentros y las conexiones se volvieron todo un desafío, y hasta el día de hoy sigue generándome nuevas ideas. Es una serie que me ha permitido jugar, no solo con los planteos personales que venía desarrollando en trabajos anteriores; sino, también, encontrarme con nuevos desafíos. Es un espacio creativo propio, donde puedo seguir creciendo como artista”.

Además de diseñador gráfico e ilustrador, Eduardo Argañarás participó en el taller de dibujo y pintura de Renato Bemedetti. Ha formado parte de exposiciones y recibido premios y reconocimientos en Argentina y en España.

¿Cómo se llevan el Eduardo Argañarás diseñador gráfico e ilustrador con el que estudió dibujo y pintura con Renato Benedetti? ¿Se complementan? ¿Van separados? ¿Compiten? ¿Se enfrentan? ¿Se amigan luego?

“El diseño gráfico es mi trabajo habitual, es lo que me mantiene ocupado día a día. Está muy vinculado con el dibujo, ya que ambos representan una necesidad de comunicar algo. Cuando tengo que diseñar la portada de un libro, por ejemplo; siempre recurro a mi lado más artístico, aunque no siempre son aceptados desde un principio.

El arte es una forma de expresarse de manera propia, pero en el diseño, esa expresividad debe estar consensuada con el cliente. A veces, es un desafío encontrar el equilibrio perfecto entre mi visión creativa y los requisitos del proyecto.

Sin embargo, disfruto de este proceso de negociación y colaboración. Siento que puedo canalizar mi pasión por el arte a través del diseño, logrando resultados que no solo son estéticamente agradables, sino que también cumplen con los objetivos de comunicación del cliente.

Al final del día, el diseño gráfico me permite conectar lo cotidiano con la expresión artística. Es un trabajo que me mantiene constantemente desafiado, pero que me permite explorar mi creatividad de una manera práctica y funcional”.

Algunos artistas que vienen del dibujo, la pintura o el grabado “tradicionales” han comenzado a incorporar la Tablet en el desarrollo de su obra, en los últimos años, descubriendo muchas nuevas posibilidades. ¿Cómo fue para vos meterte en el dibujo digital? ¿Cuánto de “dibujo” y cuánto de “digital” hay en “Encuentro”?

“Fue en el 2001 cuando empecé a trabajar con estas herramientas, dejando atrás el óleo, el pastel y el acrílico. Al principio, fue un gran cambio, pero rápidamente me cautivaron las nuevas posibilidades que ofrecía lo digital.

Comencé escaneando texturas directamente y luego las manipulaba en la computadora. Esto me llevó a crear trabajos donde las figuras humanas se fusionaban con trozos de madera o retazos de tela que encontraba y digitalizaba. Fue entonces cuando tuve la oportunidad de adquirir una tableta de dibujo, y fue como volver a dibujar desde cero. Esta herramienta me brindó la libertad de gestualizar mi trazo de una manera que no había experimentado antes.

En la serie ‘Encuentro’, todos los bocetos los realicé a mano alzada, a menudo directamente en los bares. Esos dibujos a mano son la esencia de la serie. Luego, en la computadora, pude comenzar a dibujar digitalmente y enriquecer el trabajo con texturas y efectos de iluminación. Es una herramienta que me ayuda a expresar mi visión de una manera más completa.

El dibujo digital se ha convertido en una parte integral de mi práctica artística. Me ha permitido explorar nuevas formas de expresión y experimentar con técnicas que antes eran impensables. Es un viaje de descubrimiento constante, y estoy emocionado de ver hacia dónde me llevará a continuación”.

La fotógrafa y gestora cultural, recientemente fallecida, Sara Facio decía que lo que más le importaba de una foto era que transmitiera “un sentimiento estético”. ¿Qué es lo más importante que transmiten estos personajes, esta geografía, este diálogo “adentro-afuera” de “Encuentro”?

“Lo que me fascina de esta serie es la libertad que me brinda para jugar con la construcción de situaciones, momentos y enfoques de la vida diaria. Cada pieza comienza con la palabra ‘Encuentro’ en su título, lo cual se convierte en el punto de partida para explorar ese espacio vacío y llenarlo con una narrativa visual.

Uno de los aspectos más interesantes de este proceso es la búsqueda de fragmentos de texto de la escritora Liliana Bodoc que puedan acompañar cada obra. Al unir estos escritos con mis trabajos, se genera un diálogo que enriquece la experiencia. Es como si las palabras y las imágenes se fusionaran, creando una conexión más profunda entre lo cotidiano y lo poético.

Lo que me permite esta serie es la posibilidad de tomar elementos comunes y familiares de la vida y transformarlos en algo más. Juego con diferentes enfoques, texturas y composiciones para revelar la belleza y la complejidad que se esconden en los pequeños momentos que a menudo pasamos por alto. Es esa búsqueda constante de lo extraordinario en lo ordinario lo que me fascina y me empuja a seguir explorando”.

La exposición “Encuentro”, de Eduardo Argañarás, puede visitarse hasta el jueves 18 de julio, de lunes a viernes, de 9 a 17 horas, en el Espacio Cultural de la OEI, Paraguay 1514, C.A.B.A., enviando previamente un mail a difusión.arg@oei.int