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Área Educación superior y ciencia · Cultura
Sede Argentina
Tipo Institucional/OEI

Reportaje a Pedro Mancini: “El arte es una puerta al diálogo y un arma muy poderosa”

Reportaje a Pedro Mancini: “El arte es una puerta al diálogo y un arma muy poderosa”

La muestra “Otras formas de ser humano” reúne las ilustraciones realizadas por Pedro Mancini para el libro homónimo, que compila los relatos ganadores de la primera edición del Premio de Cuentos sobre Ciencia y Tecnología, organizado por el Observatorio CTS de la OEI.

Inevitablemente, la sola mención de la ciencia y la tecnología nos remite a un conjunto de saberes y dispositivos que, por un lado; suponen una solución a deseos y problemas del presente y, por el otro; suponen temores de interrogantes cuyas respuestas escapan a nuestros sentidos. Los cuentos que componen la antología “Otras formas de ser humano” abordan esos temores desde una visión distópica compartida por autores de diferentes rincones y sensibilidades, desde donde observan y narran el presente y lo que está por venir.

Pero cada uno de esos relatos no se agotan en la abstracción que sugiere la escritura; sino que se complementan o se completan con los dibujos del ilustrador e historietista Pedro Mancini, uno de los artistas con más adeptos en el Cómic de Argentina; cuyos dibujos originales, bocetos y reproducciones de las ilustraciones que integran el libro componen la exposición que tiene lugar en el Espacio Cultural de la OEI.

Nacido en la localidad de Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires; Pedro Mancini estudió dibujo en el Estudio Vilagrán y en la Escuela de Arte Sotán Blanco. A principios de los 2000, fundó junto a Darío Fantacci y Santiago Fredes el grupo multidisciplinario y proyecto de autoedición “Niños”; con quienes editó siete números de la antología de historietas “Ultramundo”. Es autor de los libros “Paranoia normal” (Llanto de mudo, 2012); “Disparo rayos por los ojos” (Dead pop, 2014); “Hermano”, -con guión de Darío Fantacci-, (Bel-Ami Edizioni, Italia, 2014); “Alien triste” (2015); “Ultradeformer” (2016); “El jardín increíble” (2016); “No soy Hordak” (2017); “Detrás del ruido, la infancia de William Burroughs” (2017); “Felicidad” -con guión de Damián Connelly- (2018), y “Niño oruga”(2020).

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¿Cómo es ser historietista?

“Si bien es una profesión muy difícil de sostener acá y casi en cualquier lugar del mundo, es una actividad maravillosa que no cambiaría por nada. Somos como niños eternos jugando y creando todo el tiempo”.

¿Cuándo comenzaste a imaginar tus propias historias?

“Cuando era muy chico empecé haciendo historietas usando a mis personajes preferidos. Miraba una película y el fanatismo me duraba un buen rato. Si justo era el momento de descubrir a ´Los cazafantasmas´, durante los siguientes meses hacía historietas sobre ellos. Así con ´Batman´, ´Mazinger Z´, ´Thundercats´ y un largo etcétera. No puedo precisar la edad, pero en algún momento comencé a crear mis propios personajes. El descubrimiento del género de terror también impactó mucho en mí. A los ocho años escribí una antología de cuentos de terror que también ilustré”.

¿Qué influencias reconocés de aquellos inicios y que ayudaron a tu obra?

“Sin dudas ´Masters of the universe´ y todo lo mencionado en la respuesta anterior me influenciaron muchísimo. Ver a mis tres años la película ´Laberinto´ (y descubrir a David Bowie) también fue clave. ´El cristal encantado´ (también de Jim Henson), ´Volver al futuro´, ´La historia sin fin´, ´El joven Frankenstein´, de Disney ´La espada en la piedra´ y los cortos ´La leyenda del jinete sin cabeza´ y ´Pedro y el lobo´. Más adelante ´Terminator´, ´Robocop´, el ´Batman´ de Burton. La lista es infinita. Siempre fui muy fan de lo fantástico y de las historias en general. Y no solo en cine y en televisión, también en la música, en el teatro y en la literatura”.

¿Cómo se desarrolla tu proceso de creación?

“Es completamente caótico y difícil de determinar. Soy muy metódico para casi todas las partes de mi trabajo menos para la parte de creación de una historia. Eso va llegando vaya a saber uno de dónde y en cualquier momento. Puedo empezar con un garabato de un personaje, un diálogo que se me ocurre, una escena. Lo que sí creo es que hay que generar esos momentos de inspiración a partir de leer mucho, mirar muchas películas, abrir las antenas a la nueva información que entra. Incluyendo la información de la realidad cotidiana. Me gusta mucho ir a bares a escribir y a imaginar nuevos personajes”.

¿Los trabajos de escritura y dibujo se desarrollan simultáneamente o hay un día para cada cosa?

“En el primer momento de la creación de una historia se desarrollan en simultáneo. Una vez escrito el guion pueden llegar a haber cambios, pero en general ya estoy más abocado al dibujo”.

¿Qué te motiva a optar por el blanco y negro o el color, según el caso?

“Soy fanático del blanco y negro en general. La mayoría de mis artistas preferidos trabajan en blanco y negro. Roland Topor, Gustav Doré, Moebius. Hay gente que no lo tolera. Incluso gente que me encarga dibujos, lo cual me causa mucha gracia. Por supuesto que me gusta el color. En mis dibujos lo uso en general cuando tengo que hacer portadas. Entiendo que muchas veces pueden ser más impactantes o atractivas a color. Otras veces lo elijo por sugerencia de amigos y colegas. En este momento estoy haciendo un cómic de superhéroes para el colectivo Croma (un grupo de historietistas del cual formo parte). En el momento en que estaba empezando mi cómic lo encaré como casi siempre en blanco y negro. Entonces Lu Vecchio (también parte del grupo) me sugirió una paleta para mis páginas. Directamente hizo unas pruebas él mismo. Me encantó como quedó y la adopté”.

En octubre de 2023, ante “Rock ´n´Board”, un medio digital de Mendoza, Pedro Mancini dijo que le gustaría que su estilo tuviera “algo con un componente absurdo muy importante y con mucho humor negro”, cercano al “realismo delirante” que, dicen, definió Alberto Laiseca a su literatura.

¿La definición de “realismo delirante”, de Alberto Laiseca, serviría para explicar tus trabajos?

“Totalmente. Soy un gran admirador de Lai y mis colegas del primer colectivo artístico del cual fui parte, el grupo Niños, eran alumnos de su taller. Siempre me contaban sus devoluciones y también los libros que recomendaba. Así llegué a algunas de las lecturas que más me impactaron en la vida, como ´Invitación a la masacre´, de Marcelo Fox, ´El Golem´, de Meyrinck y ´Pinoccio´, de Carlo Collodi. Nunca escuché de su boca la definición de realismo delirante pero siempre pensé que podría cuadrar con lo que yo hago”.

La antología “Otras formas de ser humano” contiene diez cuentos de diez escritoras y escritores de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, España y Perú. Relatos en los que la ilusión de eficacia y satisfacción que aseguran los adelantos tecnológicos parecen agrietarse y desnudar sus lados manos amigables.

¿Cómo fue el llevar a imágenes los cuentos de “Otras formas de ser humano”?

“Fue muy natural y también muy placentero. Mientras leía los cuentos ya me iba imaginando las ilustraciones. Paraba todo el tiempo porque se me venían a la cabeza las imágenes. Es el tipo de trabajo que encaja perfectamente con el estilo que vengo desarrollando desde hace tiempo”.

Publicaste en Argentina; pero también en Colombia, Francia, España e Italia. ¿Cómo describirías la industria del Comic, tanto aquí como en esos otros países?

“Creo que la historieta es desde siempre un tipo de arte muy valorado y amado por un grupo pequeño de personas. Esto lo digo en relación a otras artes. Sigue siendo muy marginal hasta el día de hoy. Pero al mismo tiempo, y tal vez por eso mismo, despierta una pasión muy especial. En casi todos lados, incluso en países en donde la industria es gigante, es una profesión difícil. La mayoría de las veces mal paga. Por lo menos para el tipo de historieta que a mí me gusta. A pesar de esto; Argentina no ha parado nunca de generar artistas impresionantes, al nivel de cualquiera de los países con industria más fuerte, como pueden ser Japón, Francia o Estados Unidos. Es un fenómeno muy extraño e inexplicable el que se da acá”.

¿Cuáles serían tus consejos para los jóvenes que quisieran insertarse en la industria del Comic?

“Que se pongan pequeñas metas, que cierren pequeños proyectos para no frustrarse con metas demasiado grandes. Cuando uno está empezando va absorbiendo mucha data y el estilo va evolucionando muy rápidamente. Si uno se propone hacer una historieta de 200 páginas es muy probable que cuando llegue a la 50 mire para atrás y no le guste lo ya hecho. Mejor es proponerse hacer una historia corta. Primero una de cuatro páginas, después será una de ocho y así. Y también que se animen a ir a ferias y festivales, que recorran, que miren el material que existe y que se animen a hablar con autores y editores. Es muy común que los historietistas seamos gente con una personalidad tímida y retraída. Demasiadas horas en soledad dibujando te vuelven un poco androide. Tienen que pensar que los mismos autores y editores alguna vez estuvieron en su lugar. La gran mayoría de la gente en el mundillo del cómic es muy solidaria y amable”. 

¿Hay algo que no te pregunté y te gustaría contar o comentar?

“Me gustaría decirle a la gente que gusta y valora la historieta, o el arte en general, que participen activamente de su existencia. Que, en la medida de lo posible, compren libros, vayan a ver obras de teatro, que vayan al cine. Que se arrimen a participar en actividades del centro cultural de su barrio, de ferias, de festivales.  En épocas de crisis tan fuertes como la que estamos viviendo el arte es imprescindible. Para reflexionar e incluso para señalar y discutir ideas cuando la realidad es demasiado injusta y hostil. El arte es una puerta al diálogo y también un arma muy poderosa. Y creo que entre todos es importante mantenerlo vivo”.

“Otras formas de ser humano”. Libro y muestra. Textos e imágenes que imaginan y narran un futuro posible o imposible, desde un presente en el que la tecnología ya forma parte de nuestra existencia biológica, no sólo de nuestras actividades; y que nos invitan a reflexionar e imaginar otras trascendencias y cotidianeidades, otros hechos y relatos. Quizás; otras vidas posibles.

La muestra “Otras formas de ser humano” podrá visitarse de lunes a jueves, de 9 a 17 horas, hasta el 22 de agosto, en el Espacio Cultural de la OEI, Paraguay 1514, C.A.B.A., enviando previamente un mail a difusión.arg@oei.int

El 22 de agosto, en el marco de la muestra “Otras formas de ser humano”, se realizará un evento doble. Por un lado, el artista Pedro Mancini dibujará “en vivo”, mientras Juan Maisonnave -uno de los autores de la antología- leerá su cuento y fragmentos de una novela en preparación. Por el otro, a continuación, se proyectará la película “Inmortal” (2020), del director argentino Fernando Spiner, con la actuación de Belén Blanco, Daniel Fanego y Patricio Contreras, y guion del propio Spiner, Pablo De Santis y Eva Benito. El evento comenzará a las 18.30 en el Espacio Cultural de OEI en Buenos Aires (Paraguay 1514). Las entradas son limitadas y para asistir deben inscribirse en este formulario