Los Estados deben estar preparados para una política industrial más competitiva, sostienen los expertos en ‘States of the Future’
Los expertos sostienen que los países deberían estar abiertos a ventanas de oportunidad y encontrar nichos competitivos para crear una política industrial sostenible.
La política industrial se está volviendo más abierta y generalizada. Sin embargo, aún quedan varios caminos para que se convierta en una política de Estado efectiva. ¿Cuáles son las prioridades? ¿Cómo pueden los países aprovechar las ventanas de oportunidad invirtiendo en nuevas tecnologías?
Estos fueron algunos de los puntos planteados en el panel “Desafíos de la Política Industrial en el Siglo XXI”, que finalizó la mañana del segundo día del evento Estados del Futuro.
Moderado por el maestro en Economía y Tecnología Industrial de la Universidad Federal de Río de Janeiro/Brasil (UFRJ) y doctor en Economía de la Universidad de Londres, Marco Aurélio Crocco contó con la participación de Fiona Tregenna, profesora de Economía de la Universidad de Johannesburgo y presidente del investigador sudafricano en desarrollo industrial en el DSI/NRF, y Giovani Dosi, profesor de economía en el Instituto de Economía de la Scuola Universitaria Superiore Sant’Anna de Pisa/Italia y director del grupo de trabajo ‘Derechos de propiedad intelectual’ en la Iniciativa para el Diálogo Político de la Universidad de Columbia/EE.UU.
Tregenna destacó la concentración de la producción industrial en unos pocos países y el estancamiento del sector a nivel global, lo que conduce a una desindustrialización prematura. “Capacidades productivas más débiles, barreras al acceso y transferencia de tecnologías, acceso a los mercados, lucha por dividirse o quedarse estancados en las cadenas de valor. Muchos países tienen dificultades para encontrar su nivel competitivo”, comenta.
Señala que la coordinación de políticas es fundamental para el éxito de la política industrial. Es necesario alinearse con otras áreas de políticas, como la macroeconomía, para garantizar condiciones favorables. La política industrial debe ser inclusiva y sostenible, aprender de experiencias exitosas y adaptarse a los contextos locales. El objetivo es promover un crecimiento transformador y sostenible, evitando la continuidad de las prácticas actuales y buscando la evolución continua.
“Creo que se trata de qué se produce y cómo se produce. Existen importantes oportunidades para que los países se industrialicen a partir de las oportunidades que estamos viendo surgir. Estas ventanas, sin embargo, no permanecerán abiertas para siempre”, y añade: “esto comprende el papel fundamental de la política industrial a la hora de permitir y garantizar que las empresas de los países en desarrollo puedan aprovechar estas ventanas de oportunidad y ser exportadoras, en lugar de importadores de productos».
Dosi también ve oportunidades para este giro clave en la industrialización en un contexto global. Recuerde, sin embargo, que la creciente influencia de China y la multipolaridad global imponen nuevos desafíos y oportunidades para las políticas industriales, que requieren adaptaciones estratégicas.
Uno de ellos es la acumulación de capacidades tecnológicas y organizativas, aprendiendo a través de la práctica y aplicando este conocimiento para avanzar industrialmente. “Tenemos que recordar a las industrias nacientes y apoyarlas. Es evidente que un niño de dos años no puede competir contra el campeón olímpico. Y por eso hay que darle tiempo”, comenta.
En su opinión, las políticas industriales efectivas requieren intervenciones estratégicas en los flujos de comercio, capital y derechos de propiedad para superar las limitaciones impuestas por el neoliberalismo y “evitar la maldición de los recursos naturales”. Los recursos naturales son un atajo venenoso en países que han crecido en países que no se han desarrollado”.
States of the Future es promovido por los Ministerios de Gestión e Innovación de los Servicios Públicos (MGI), Asuntos Exteriores (MRE), Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios (MDIC), el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Está organizado por Maranta y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura de Brasil (OEI). El evento cuenta con el apoyo de Open Society Foundations y República.org.