Participante JeA, Duitama, 2018

«Mi vida hasta los ocho años fue muy buena, tenía todo (mis padres juntos, comida segura tres veces al día y hasta juguetes y paseos, etc.) todo cambio cuando nos mudamos a la ciudad, allí mis padres se separaron y mi mamá asumió la responsabilidad mía y de mis otros dos hermanos, lo cual representó un gran reto para ella ya que siempre había muchos gastos , tuve que verla llorar muchas noches, desesperada, sin saber que comeríamos al otro día y eso me llenó de impotencia porque no podía ayudarla mucho. A pesar de eso pude terminar mi bachillerato, con todas las dificultades posibles, luego viajé a Tunja en Boyacá a  empezar mis estudio profesionales»