En la última Tertulia Educativa se instó a repensar el paradigma bajo el cual se está educando a la niñez, juventud y adultez de Iberoamérica para que sean capaces de tener una vida plena y satisfactoria

Se debe transitar hacia un currículo escolar que retome saberes fundamentales como el tema de las habilidades para el mundo del trabajo, así como la incorporación de las tecnologías a favor de la educación expandida puntualizaron los especialistas invitados en la séptima Tertulia Educativa.

Coordinado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM), contó con la participación de Germán Álvarez Mendiola —Investigador del DIE CINVESTAV—; y, Edgard Ernesto Ábrego Cruz —Subdirector de Asesoramiento Educativo y Modalidades de Aprendizaje del Ministerio de Educación de la República del El Salvador; moderados por María Guadalupe Ugalde Mancera —Directora de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros—.

Durante su intervención Germán Álvarez Mendiola, señaló que los roles y conceptos que tenía el sistema educativo dejaron de funcionar. Asimismo el papel de alumnos, docentes, padres y madres de familia cambiaron, pues la escuela dejó de ser ese espacio físico, trasladándose a espacios educativos distintos, con apoyo de medios virtuales, impresos, entre otros.  

Subrayó que existe un reto latente en lo intelectual, de política y financiamiento educativo de enormes dimensiones, y no basta con intentar regresar a una nueva normalidad haciendo caso omiso a lo ocurrido. “Es una oportunidad para repensar la educación y generar coordenadas de reforma educativa pertinentes para una formación adecuada en todos los niveles educativos”, señaló el Dr. Álvarez.

Destacó que es de suma importancia poner en práctica la vieja idea de que la escuela tiene que ser transformadora, para a su vez transformar a las personas. Por ello, es necesario articular un nuevo currículo escolar, con énfasis al cuidado del medio ambiente y mitigación de cambio climático en los sistemas educativos y sumarlos a los esfuerzos educativos.

Por su parte, Edgard Ábrego hizo énfasis en que el centro del sistema educativo debe ser el alumnado y su relación con su aprendizaje, es decir, se debe reconocer la persona del estudiante como un ser total, auténtico, que adquiera aprendizajes integrales, dominé las TICS, pero a su vez identifique su estado anímico, mental, socioemocional, entre otros elementos que forman parte de su desarrollo y formación.

En ese contexto, declaró que se debe mejorar la mediación pedagógica de los aprendizajes, señalando que en El Salvador se está apostando por la estrategia de educación multimodal, donde el material impreso, televisión, radio y TICS, junto con la labor docente convergen para enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Resaltó que bajo el principio aristotélico “hoy más que nunca, los estudiantes en un paradigma emergente de educación deben encontrar el sentido de la educación”; esto significa aproximarse al aprendizaje con alegría, de tal manera que el aprendizaje recibido pueda generar el bienestar necesario.

Al término de esta sesión de reflexión, se llevó a cabo la clausura de los seminarios de Tertulia Educativa, con las palabras de cierre de María Luisa Gordillo, Directora General de Educación Normal y Actualización del Magisterio, quien destacó que durante el ciclo de conversatorios se propició la reflexión sobre el actual estado de la educación y diversas formas de actuar frente a los retos de la nueva normalidad en escenarios presenciales, virtuales e híbridos de construcción de conocimiento científico, académico y ciudadano, con el fin de crear espacios para el aprendizaje y la innovación educativa.

Aseveró que los desafíos identificados y las experiencias de estrategias educativas implementadas ante las inclemencias de la pandemia COVID-19 por las distintas organizaciones internacionales, instituciones y Ministerios de educación representadas por las personas especialistas invitadas abrieron la posibilidad de repensar el fin último de la educación y su impacto en todas las dimensiones del ser y quehacer humano.