La IA: catalizadora de la innovación educativa si se aborda desde un punto de vista global

Ismael Gómez, director de Estrategia Digital de la OEI, afirmó esta idea durante una visita institucional a México donde participó en actividades académicas de dos renombradas universidades
Del 8 al 12 de septiembre de 2025, Ismael Gómez, director de Estrategia Digital de la Secretaría General de la OEI, realizó una visita institucional a México, donde pudo participar en diversas actividades que pusieron el foco en el uso de la Inteligencia Artificial en los ámbitos de la educación y la cultura.
Destacando que la IA no sólo abona al futuro de la sociedad, sino también al pasado, Ismael Gómez señaló en su conferencia magistral “¿Es la IA catalizadora o impedimento para la innovación educativa?”, impartida en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) que “la IA tiene el potencial de ser un catalizador para la innovación educativa, pero solo si la abordamos de manera crítica y ética. Debemos asegurarnos de que la tecnología sirva a nuestros objetivos educativos y sociales más amplios, en lugar de que estos se adapten a las limitaciones de la tecnología”.
Asimismo, en este marco, tuvo una reunión de trabajo con el Comité Científico de IA de la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas, donde conversó sobre las áreas de trabajo del Comité con respecto a la IA y la digitalización a través de enfoques de ética y profesionalización docente y estudiantil, así como en la importancia del intercambio de conocimientos científicos. En este espacio, fue reconocido como miembro distinguido del programa universitario de inteligencia artificial de la UNACH.
En su intervención durante su conferencia “Superinteligencia y super alianzas. Ética de la IA y el futuro de la cooperación internacional”, desarrollada en el XII Coloquio de Lingüística Computacional organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, Ismael Gómez abordó la problemática de la IA que, en 2022, la situó como una “frontera exclusivamente en manos de grandes empresas con capitalizaciones millonarias, cuya inversión, infraestructura y volumen de datos marginan a poblaciones enteras y lenguas minoritarias”.
Al respecto, planteó si la ética de la IA es un prólogo o un epílogo, pues mientras la narrativa dominante se centra en los sesgos y en la representatividad de minorías, quedan fuera enfoques como la ética empresarial, medioambiental o decolonial, asegurando que esta acelerará el progreso humano, pero omitiendo referencias a la educación y al cambio climático, mostrando que la superinteligencia se concibe como un producto dirigido a clientes individuales, sustituyendo los marcos colectivos de la ética por la satisfacción personal.
Si bien el fetichismo de la superinteligencia, presenta a la IA como la solución a los grandes problemas de la humanidad, lo que faltan no son ideas, sino voluntad global para forjar alianzas. Por ello, destacó que organizaciones como la OEI propongan superalianzas como alternativa para desarrollar éticas globales y cooperativas, en lugar de depender de soluciones privadas orientadas al consumo.