Un estudio de la OEI pone de manifiesto la acusada brecha de género en ciencia
Para 2020 habrá medio millón de puestos de trabajo en áreas como big data, inteligencia artificial, ciberseguridad o el Internet de las cosas por cubrir.
Para 2020 habrá medio millón de puestos de trabajo en áreas como big data, inteligencia artificial, ciberseguridad o el Internet de las cosas por cubrir[1]. Sin embargo, las ingenierías y las disciplinas tecnológicas dan cuenta de una menor participación de mujeres, en comparación con las ciencias sociales, de la educación, y de la salud, que concentran un número de mujeres muy superior al de hombres. El dato se desprende del estudio Las brechas de género en la producción científica iberoamericana del Observatorio Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).
Según este informe, Los países de Iberoamérica han mostrado en las últimas décadas una expansión de su producción científica y un aumento de su calidad, lo que es verificable en las distintas bases de datos bibliométricas. En la Web of Science (WOS)[2], por ejemplo, tan sólo entre 2014 y 2017 los artículos científicos con participación de instituciones de América Latina crecieron un 11%.
En forma paralela, la cantidad de autoras y autores aumentó un 19% entre los mencionados años, sin diferencias de género en esa tendencia. Entre las personas que publican las mujeres son una leve minoría, su participación se mantuvo estable en el 46% en esos años.
Se destaca el caso de Paraguay, con un 60% de mujeres y un crecimiento de 9 puntos porcentuales de participación en cuatro años.
Las mujeres iberoamericanas son mayoría en las aulas universitarias pero la brecha de género es visible cuando se trata de las docentes. Solo Cuba cuenta con más mujeres que hombres, mientras que en Perú, las docentes universitarias apenas representan en 22% y en España son menos del 43%.
La brecha hombres-mujeres en la investigación se acrecienta en el mundo de la empresa. En Argentina, por ejemplo, solo el 27% de quienes investigan en empresas son mujeres, el Portugal el 29% y en España el 30%. En los centros públicos de I+D se registra la mayor paridad en todos los países, destacando el llamativo caso de Portugal, en el que más del 60% de quienes investigan o desarrollan tecnología son mujeres.
«Las mujeres no permanecen y, sobre todo, no llegan a liderar los equipos de investigación. Ese es el punto crítico en todos los países. Sin embargo, la ciencia crece por la variabilidad de las ideas. Las mujeres enriquecemos mucho el trabajo científico», afirma Ana Justel, matemática e investigadora española que acaba de regresar de su octava campaña en la Antártida. «La ciencia es un lugar fabuloso para vivir. Yo animo a todas las niñas a empezar, a continuar, a llegar a la ciencia, porque somos perfectamente capaces y porque al final es trabajar por el progreso de la Humanidad», añade para incentivar las vocaciones científicas de las niñas.
El porcentaje de mujeres científicas a nivel mundial es apenas del 28%. En América Latina y el Caribe el porcentaje asciende al 45,4%[3].
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[1] Fuente: Comisión Europea.
[2] Web of Science es una base de datos que recoge más de veinte mil revistas internacionales agrupadas en tres colecciones: Science Citation Index, Social Science Citation Index y Art & Humanities Citation Index y que son seleccionadas estadísticamente según su calidad editorial y niveles de citación para dar cuenta de la “corriente principal” de la ciencia internacional.
[3] Fuente: UNESCO.