La segunda jornada del Congreso Cultural Iberoamericano sitúa el intercambio de experiencias en el centro del debate
Innovación, Ciudadanía, Salud, Equipamientos Culturales, Economía y Mundo Digital protagonizaron las mesas redondas de la segunda jornada del Congreso. Escuchar a la gente es fundamental a la hora de diseñar políticas públicas culturales.
Hoy se celebra la segunda jornada del VIII Congreso Iberoamericano de Cultura, que tiene lugar en el Centro Cultural de Belém, en Lisboa, hasta el viernes 17 de noviembre, con diversas sesiones plenarias y mesas redondas dedicadas a los ejes de ciudadanía cultural iberoamericana, sostenibilidad, territorios, innovación y cooperación que guían una edición del Congreso bajo el lema Cultura, Ciudadanía y Cooperación.
En la sesión de bienvenida, el Consultor de Contenidos de esta edición, Manuel Gama (Universidad de Minho) y la Directora de Relaciones Internacionales de GEPAC, Lurdes Camacho, hicieron una breve presentación del programa, sus temas y formatos.
También en esta sesión, Mónica Guariglio, Directora de la Cátedra UNESCO «Diversidad Cultural, Creatividad y Políticas Culturales», destacó cuestiones prioritarias en el sector cultural actual, como la inclusión y la paridad de género, la remuneración justa de los creadores, la brecha digital o la sostenibilidad medioambiental. Por su parte, Ernesto Ottone, Subdirector General de Cultura de la UNESCO, presentó en un vídeo algunas de las conclusiones del VII Congreso, celebrado en 2020 en México.
En la única sesión plenaria de esta segunda jornada, dedicada a Innovación y Ciudadanía y moderada por Benito Buros, del Ministerio de Cultura español, se hizo hincapié en la necesidad de encontrar fórmulas para responder al reto de hacer de la cultura un bien efectivamente accesible, cambiando la naturaleza de las instituciones y creando políticas públicas eficaces.
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Desde este punto de partida, Márcia Rollember, del Ministerio de Cultura de Brasil, destacó la importancia de mapear los puntos de cultura en un territorio, poniendo como ejemplo el programa Cultura Viva, creado por Gilberto Gil en Brasil, que ya ha identificado más de 2.400 puntos de producción cultural en todo el país, que ahora son promovidos y financiados a través del programa. Como complemento, Flor Minici, del Programa Ibercultura Viva de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), destacó la necesidad de «insertar la discusión sobre el acceso a la cultura en un contexto post-pandémico que ha acentuado profundamente las desigualdades sociales y económicas en espacios como América Latina».
Reconociendo que la lucha contra estas desigualdades pasa también por «abrir las puertas» a la cultura, más a «toda la población» y menos «sólo a las élites», la Presidenta de Camões, I.P., Ana Paula Fernandes defiende que es esencial considerar la cultura como un medio primordial «que enriquece al individuo y como un medio de desarrollo individual». En esta línea, la Directora Ejecutiva del Museo de Arte de Río (Brasil), Sandra Sérgio, admitió que la cultura no siempre se presenta como accesible: «Los museos, que suelen ser espacios arquitectónicos austeros y pesados, son buenos ejemplos de la distancia entre la cultura y los ciudadanos. Deben encontrar formas de hacerse más acogedores para la población».
Mesas redondas para compartir historias de éxito
Uno de los formatos más populares del VIII Congreso Iberoamericano de Cultura han sido las mesas redondas, que reúnen a responsables de proyectos intersectoriales en los que la cultura se utiliza como vehículo para dar respuesta a retos sociales de diversa índole.
En la mañana del segundo día, la Sala Almada Negreiros del CCB acogió la mesa redonda «Cultura y Salud», basada en el impacto positivo que el acceso a la cultura tiene en la salud mental y física de las personas. Henrique Amoedo presentó el proyecto Dançando com a Diferença (Bailando con la Diferencia), cuyo objetivo es hacer bailar a personas con y sin discapacidad. Sandro Resende habló del Proyecto Manicómio, que imparte clases de artes visuales a pacientes del Hospital Júlio de Matos. Marco Paiva promovió el Proyecto Terra Amarela, que responde a la necesidad de crear un espacio más amplio para el diálogo artístico, social y comunitario, promoviendo proyectos de teatro inclusivo y el acceso de personas con discapacidad. En este sentido, Arturo Barragán, que dirige el Instituto de Reinserción Social de Ciudad de México, argumentó que «nuestras cárceles pueden ser físicas, emocionales o mentales. La cultura ayuda a permear superficies y a recuperarse emocional y mentalmente, preservando la libertad física».
Paralelamente, en la sala Sophia de Mello Breyner, tuvo lugar una mesa redonda dedicada a Espacios e Instalaciones Culturales en la que participaron Américo Rodrigues, de la Dirección General de las Artes, Rute Mendes, Coordinadora del Proyecto Access, del Ayuntamiento de Lisboa, Malen Cayupi y Andrés Keller, del Proyecto BAJ de Chile, y Sónia Virjen Peréz Mojena, del Consejo Nacional de Patrimonio de Cuba. La moderadora fue Katti Osorio, miembro de la recientemente constituida Comisión de Expertos en Cultura de la OEI.
Otras dos meses tuvieron lugar por la tarde. En una de estas mesas, la economía de la cultura centró el debate. José Neves, del Observatorio Portugués de Actividades Culturales, explicó que, en el caso de Portugal, hablar de cultura y territorio es hablar de descentralización y de atribución de competencias a los entes locales, que son ahora un importante agente inversor. Buscando ejemplos de mecanismos para garantizar la financiación cultural, Jesús Prieto presentó el Fondo Iberoamericano de Garantías Recíprocas, que, tras evaluar los proyectos que se le presentan, emite avales que ayudan a los artistas a obtener financiación de bancos a los que de otro modo no podrían acceder. También participaron en el panel Pablo Raphael de la Madrid, del Programa Iberartesanías Trinidad Zaldivar del BID, y Cláudia Sousa Leitão, de la Universidad Estatal de Seará.
Al mismo tiempo, Joana Miranda, del Servicio de Educación Artística de Braga Media, Jorge Negrete, del Grupo de Política y Derecho Digital de México, Rafael Hoyula, del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Maria Raquel Evangelio Llorca, responsable de la Cátedra de Cultura Digital y Propiedad Intelectual, y la artista visual cubana Alejandra Gonzáles hablaron sobre la cultura digital. Todos coincidieron en que una comunidad sin acceso a internet es una comunidad sin acceso a la cultura y que no se respeta uno de sus derechos fundamentales: el derecho a estar conectados. Por ello es imprescindible, argumentó Rafael Hoyula, que los organismos responsables de la inversión y el desarrollo, como CAF, prioricen la creación de políticas que garanticen que todos, independientemente de su condición social, puedan estar conectados.
La OEI presenta la Comisión de Expertos Culturales
Al término de esta segunda jornada, la Organización de Estados Iberoamericanos presentó este jueves un Comité de Expertos Culturales, que contribuirá a fortalecer las iniciativas de cooperación cultural en Iberoamérica, con 12 reconocidos expertos culturales de 8 países iberoamericanos, elegidos por su larga y destacada trayectoria.
Durante la presentación de la comisión, el Secretario General de la OEI afirmó que «la cultura es la esencia de nuestra identidad como región iberoamericana. Representa no sólo un patrimonio inmaterial de incalculable valor, sino también un motor de desarrollo sostenible, socialmente justo y ambientalmente responsable. En un mundo cada vez más interconectado y desafiante, la cultura se posiciona como un elemento clave para comprender y afrontar los retos contemporáneos.