Educación superior, productividad y competitividad en Iberoamérica
Una importante proporción de las empresas iberoamericanas que operan en el sector formal de la economía enfrentan serias dificultades para contratar mano de obra calificada que esté alineada con sus necesidades productivas, los graduados de educación superior encuentran dificultades para encontrar empleos estables acordes con su nivel educativo y su área de formación. Estas brechas impiden que el capital humano calificado se utilice de una forma eficiente y son una de las causas de la limitada y estancada productividad y competitividad de la región.
Esto pone de manifiesto la importancia de dotar a los trabajadores no solamente de habilidades específicas y técnicas propias de su campo de trabajo, sino también de habilidades transversales que les permitan una mejor adaptación a un mercado laboral dinámico, cambiante y cada vez con mayor presencia de nuevas tecnologías. En este contexto, las universidades juegan un papel clave, puesto que su oferta de formación debe adecuarse a las necesidades del mercado laboral y la sociedad para agregarles valor a los estudiantes, a las compañías y a la sociedad en su conjunto.
En términos de políticas públicas, la coordinación entre gobiernos, instituciones académicas y sector privado es crucial para la alineación de objetivos y el diseño, implementación y evaluación de las políticas de educación superior, capital humano, investigación, innovación y desarrollo en los países de Iberoamérica. Sin embargo, actualmente existen importantes problemas de coordinación entre estos actores y se deben hacer mayores esfuerzos para fortalecer los vínculos actuales.
Además, se explora la interacción entre la universidades-empresas-estado y su potencial para la formación de capital humano y llevar a cabo investigación y desarrollo que agregue valor a las empresas iberoamericanas.