La cooperación de Estados Unidos en América Latina

El escenario político-económico global ha experimentado durante los últimos años -antes, durante y después de la pandemia y la guerra en Ucrania- algunos cambios de fondo en los que América Latina ha estado involucrada directa o indirectamente.

En términos generales, se verifica un nuevo escenario multipolar generado por el reposicionamiento económico de naciones como China, India y otras emergentes, respecto de Estados Unidos y potencias europeas. Pero también, centrándonos ya en el tema de este trabajo, el creciente número de actores en los procesos de cooperación y las nuevas formas de cooperar.

Este cuadro ha hecho que algunas naciones desarrolladas revisaran su política de desarrollo, la forma en que se relacionan con terceros países y en que direccionan la cooperación, sobre todo en regiones tan desiguales como América Latina. Para algunas, ha sido sinónimo, directamente, de una reducción de la cooperación en general.

Del lado de América Latina, el crecimiento desigual de los países que lo integran, más allá de lo económico, hacen pensar en otras formas de cooperación en nuevos frentes. Asuntos como los problemas sociales, la desigualdad, la débil formación de capital humano de alto nivel y la baja inversión en I+D, entre otros aspectos, son necesarios en diferentes “dosis” en los países latinoamericanos. Hacen pensar que, hoy más que nunca, es necesaria la cooperación para el desarrollo, teniendo presente la experiencia y las buenas prácticas logradas de procesos anteriores.