La OEI cierra 2022 con 437 proyectos de cooperación activos que mejoran la vida de casi 17 millones de personas en Iberoamérica
La OEI concluye el 2022 con un balance positivo en su actividad cooperadora y con una mayor expansión territorial con la reciente apertura de su oficina en Cuba. Así, la OEI está hoy presente en 20 países iberoamericanos y sigue consolidando su papel como el mayor organismo de cooperación educativa, científica y cultural de la región.
En este 2022, la OEI estuvo presente en la Cumbre sobre la Transformación Digital de la Educación que organizó la Unesco en Nueva York, y en Madrid, junto con la Fundación Alternativas, Funglode y la Corporación Escenarios, realizó el encuentro ‘Nueva agenda de cooperación Iberoamérica-Unión Europea’ para reflexionar sobre la cooperación entre ambas regiones, con la presencia de los expresidentes Zapatero y Samper, de España y Colombia, respectivamente.
En el ámbito educativo, la OEI realizó la consulta de alto nivel ‘Aprendizaje y transformación digital en Iberoamérica’, donde expertos y autoridades educativas aportaron su mirada para la confección de un informe de seguimiento sobre tecnología y educación que verá la luz en 2023. La OEI apoyó también las consultas que darán lugar al próximo Informe de seguimiento de la educación en el mundo (Informe GEM) con Unesco y Profuturo. Por otro lado, junto con el Ministerio de Educación y Formación Profesional de España se entregó el Premio ‘Los ODS en los centros educativos’, que galardonó a 4 escuelas de Argentina, Colombia, España y México por sus esfuerzos innovadores para concienciar a la comunidad educativa sobre los objetivos de la Agenda 2030.
Ya en el apartado de la educación superior, la OEI estuvo presente además en la III Conferencia Mundial de Educación Superior de la Unesco, que se celebró en mayo en Barcelona, donde se presentó el Informe diagnóstico sobre la educación superior y la ciencia post COVID-19 en Iberoamérica. Perspectivas y desafíos de futuro 2022. También se publicó el informe Empleo juvenil y emprendimiento en América Latina y el Caribe, en el que se advierte que el 80 % de los jóvenes iberoamericanos posee perfiles incompatibles con los empleos de mayor productividad.
En lo que respecta a la ciencia, por tercer año consecutivo la OEI realizó este año la Noche Iberoamericana de l@s Investigador@s, donde más de 400 científicos de 12 países acercaron al público sus proyectos de manera entretenida en temas tan variados como la transición energética, la relación entre género y ciencia, la astronomía o la robótica. Por su parte, en Buenos Aires la OEI organizó el Foro Iberoamericano de Alto Nivel de Ciencia y Tecnología, con la participación de los ministros de Ciencia de la región, en el que se puso de manifiesto la urgente necesidad de revertir la pérdida del 0,69 % al 0,65 % en la participación de la ciencia en el PBI de la región tras el estallido de la pandemia.
En materia de cultura, en septiembre la OEI volvió a convertir a Madrid en el epicentro del cine, la literatura y la gastronomía iberoamericana con la 2ª edición del festival Celebremos Iberoamérica (CIB Fest), en la que participaron más de 5 mil asistentes. Por otro lado, se puso en marcha la incubadora de proyectos culturales RUTEALC, que ya ha echado andar con una comunidad de gestores, profesionales y emprendedores interesados en la creación y el fortalecimiento de rutas e itinerarios culturales en Iberoamérica.
Los derechos humanos han recibido un impulso este año con la creación del Programa Iberoamericano de Derechos Humanos, Democracia e Igualdad, que buscará apoyar a las instituciones iberoamericanas en su camino a ser más democráticas, sólidas y coherentes con los derechos humanos. Y en el ámbito de las lenguas, poetas iberoamericanos trasladaron este año sus talleres creativos al espacio virtual gracias al proyecto de la OEI Atelier poético, desarrollando proyectos formativos en otros países que fomentaron el bilingüismo y la intercomprensión entre el español y el portugués.
Una mirada desde el Cono Sur
La actividad de la OEI en el sur de la región en 2022 estuvo marcada por el fortalecimiento de la ciencia, el desarrollo social y la educación para el trabajo. En Argentina, se realizó en octubre la Semana de la Ciencia y en mayo el Seminario Internacional de “Producción, Educación, Trabajo y Desarrollo”, en el que se analizaron las implicaciones del nuevo escenario global pos pandémico para las políticas de desarrollo inclusivo en la formación profesional. En Paraguay, por su parte, expertos de la región dictaron un seminario dirigido a docentes y profesionales en educación técnico-profesional, y organizado por la OEI, con el fin de compartir los avances en la política pública sobre este ámbito, como parte de las labores de instalación del Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales de ese país.
En Chile, junto al Grupo PRISA, la OEI realizó el seminario «El reto social de América Latina. Reformas, derechos y diálogo social en Chile y América Latina”, un espacio de debate sobre los principales desafíos regionales, que contó con la participación del presidente del país, Gabriel Boric. En Uruguay, por su parte, destacó la segunda edición del programa Muros que unen, una iniciativa que abordó la migración a través de herramientas artísticas, y en la que cientos de alumnos aprendieron sobre educación inclusiva y lo positivo de la interculturalidad en las aulas.
Cooperación en la Región Andina
En Colombia, durante el 2022 la OEI formó a más de 11 mil mujeres a través del Diplomado “Empoderamiento personal y económico de las mujeres rurales” para potenciar sus emprendimientos de economía local. Por su parte, en Ecuador, junto al Ministerio de Cultura y Patrimonio, la OEI impulsó la Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales que determinó que en ese país se lee en promedio un libro completo y dos libros incompletos al año por persona.
En octubre la OEI realizó en Lima, Perú, el II Foro académico “Soluciones frente a la violencia escolar, un reto colectivo por una convivencia de paz», organizado junto con la Asociación Educativa Convivencia en la Escuela (AECE) y la Cátedra de Investigación en Migraciones y Desplazamientos Forzados en América Latina y el Caribe de la Universidad del Pacífico. Por otro lado, en febrero entró en funcionamiento en La Paz, Bolivia, el Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas, impulsado por la OEI, en consonancia con el inicio del Decenio Internacional de Lenguas Indígenas, proclamado por la ONU.
Más cultura iberoamericana desde Brasil y México
La cultura y las lenguas también fueron parte importante del trabajo de la OEI en los dos países más grandes de la región. En febrero, Brasil acogió la 2ª Conferencia Internacional de las Lenguas Portuguesa y Española (CILPE 2022), en la que se debatió el presente y futuro de estas lenguas en aspectos como la ciencia, la innovación y la cultura. Entre otros hallazgos, en el encuentro se puso sobre la mesa que solo un 1 % de las publicaciones científicas que se producen en el mundo son en español y portugués.
Por su parte, en México la OEI realizó la serie de foros internacionales #RumboAMondiacult, en los que se abonó al debate en torno a las políticas culturales que fueron tratadas en la Conferencia Mundial de la Unesco sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible – MONDIACULT 2022.
Centroamérica y el Caribe, cooperación que sucede
Esta región fue el escenario de grandes acontecimientos para la OEI en 2022. En Santo Domingo, República Dominicana, se celebró en noviembre la XIV Asamblea General de la OEI, en la que, con el voto unánime de los 23 países iberoamericanos, resultó reelegido Mariano Jabonero como secretario general por cuatro años más. Ese mismo mes, la OEI abrió las puertas de su 19ª oficina en La Habana, Cuba, todo un hito para la organización.
Durante 2022, en Nicaragua la OEI continuó acompañando al Ministerio de Educación en la formación de docentes y educadoras comunitarias de preescolar sobre la metodología de Arte y Juego e identificación de necesidades educativas especiales. En Honduras la OEI contribuyó con la producción de materiales audiovisuales y acciones de concienciación por medio de la campaña ‘Orgullo Lingüístico’, implementada junto con la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán-UPNFM, y cuyo objetivo consistió en fomentar los derechos humanos de los pueblos indígenas y afrodescendientes con el rescate de sus lenguas.
En Guatemala, la OEI puso el foco en el desarrollo de materiales para fomentar la lectura emergente en el nivel preescolar que preparan a las niñas y niños guatemaltecos para el aprendizaje exitoso de la lectura y escritura formal o convencional en contextos bilingües. Asimismo, en El Salvador, se puso en marcha la activación de un ecosistema de integración educativa y social para adolescentes con responsabilidad penal, con el fin de generar condiciones óptimas para su integración a la sociedad al finalizar el periodo de cumplimiento de medidas socioeducativas.
La educación ambiental también fue una prioridad en esta parte de Iberoamérica. Así, en Costa Rica se consolidó el Observatorio escolar de Derechos Humanos y Desarrollo Sostenible, donde estudiantes de 10 centros educativos fueron formados en educación ambiental, respaldados por las autoridades de la Municipalidad de Naranjo y el Ministerio de Educación Pública de ese país. En Panamá, por su parte, junto a la Fundación Espacio Creativo, se organizó la exhibición ‘Soy Sostenible’, donde estudiantes de centros educativos de la localidad de Santa Ana aprendieron sobre educación ambiental y gestión de desechos para, con ello, convertirse en “superhéroes de la sostenibilidad”.
Europa, parte clave de Iberoamérica
La OEI también desarrolla proyectos en territorio europeo. La frontera hispanoportuguesa vio consolidar este año el proyecto de Escuelas de Frontera, en la que más de 600 estudiantes de 1º a 6º curso de 16 escuelas de ambos lados de La Raya compartieron una experiencia de formación intercultural en ambas lenguas. En mayo, en Ciudad Rodrigo (Salamanca), docentes y estudiantes de estos centros se reunieron para afianzar esta red de escuelas que proporcionan a las poblaciones que viven a cada lado de la frontera una educación de calidad, guiada por el bilingüismo y el intercambio cultural.