Leer Nos Conecta

Ante la situación de aislamiento social entre 2020-2021 recomendada por la Organización Mundial de la Salud y las autoridades nacionales ante pa pandemia del COVID-19 que sacudió al país, la OEI República Dominicana presentó la iniciativa "Leer Nos Conecta Desde Casa", que persigue promover el interés por la lectura, en diversos formatos, poniendo en valor como la lectura nos humaniza, nos entretiene, nos transporta a otras realidades y nos une.

En ese contexto, la OEI convocó a personas de toda Iberoamérica para compartir la lectura: "Poema del dolor no merecido", del poeta dominicano Mateo Morrison, con el objetivo de conectarnos en la misma red de solidaridad, independiente de la distancia, usando el poder de la lectura.

Convocatoria #LeerNosConectaDesdeCasa

La #lectura nos permite aprender, divertirnos y crecer. Cuando es compartida crea lazos de #solidaridad y unión entre las personas.

Lectores dominicanos y de Iberoamérica se conectan a través de la poesía y nos comparten el "Poema del dolor no merecido" del escritor dominicano Mateo Morrison para la campaña #LeerNosConectaDesdeCasa.

Agradecemos a todas las personas que compartieron su lectura y nos enviaron sus materiales. Fueron más de 60 videos recibidos y para la OEI en República Dominicana es de gran alegría la acogida que ha tenido esta convocatoria en los hogares dominicanos y de otros países de la región.

Sobre el autor:

Mateo Morrison Fortunato (Santo Domingo, República Dominicana, 14 de abril de 1946) es un escritor dominicano, abogado, poeta y ensayista, escogido ganador del Premio Nacional de Literatura de República Dominicana en 2010. 

Poema del dolor no merecido

No al silencio

No a lo triste.

No a la angustia.

Sí a la gigante canción de la esperanza
que entonamos aunque la muerte nos persiga.

Sí a los encendidos faroles
que llevamos como lámpara en el pecho.

Sí a nuestros amores,
aunque no sepamos dónde recostaremos nuestros sueños.

No temas.
Donde uno de nosotros muera tragándose hasta el polvo, se levantará una órbita de luz
que otro tomará para clarear el camino.

Por tanto,
no a tu llanto,
sí a tu risa;
no congojas,
sí a tus ojos de paloma,
contentivos de dicha.